La Bañeza vuelve a llenar los pucheros de rica tradición
El Santo Potajero reapareció para bendecir el reparto de unas 4.000 mil raciones de garbanzos y retomar así uno de los actos más populares de la Semana Santa
La plaza de San Salvador fue ayer testigo de la salida de la procesión del Santo Potajero, la más popular de la Semana Santa bañezana, y que animados por la soleada mañana fue arropada por cientos de personas, después de dos años sin que saliera e la imagen titular del cortejo organizado por la Cofradía de Nuestra Señora de las Angustias y Soledad. Niños y mayores siguieron el recorrido de la procesión más popular a la que tampoco faltó el alcalde, Javier Carrera, que estuvo acompañado por la delegada territorial de la Junta en León, Ester Muñoz.
Y es que en este día tan esperado son precisamente los niños y niñas de la localidad, que representan el futuro y el relevo de la Semana Santa bañezana, los verdaderos protagonistas con su procesión del ‘Potajero’.
Una vez concluido el desfile, que recorrió las calles Lope de Vega y Las Angustias con el santo a hombros de los pequeños cofrades, tuvo lugar el Rezo y la Bendición del Potaje, que tras horas cocinado a fuego lento fue repartido entre todos los asistentes. Se trata de una procesión declarada de Interés Turístico Provincial, y es la única de todas las procesiones de la Pasión de La Bañeza en la que los fieles rezan a este Nazareno pequeño para que les dé de comer: «Santo Potajero, lléname el puchero». Se cumple así la tradición que data de hace cuatro siglos de dar de comer a los presos pobres que se ha hecho actualmente tan popular, y no deja que nadie pasara hambre con el reparto del típico potaje bañezano a base de garbanzos, arroz y bacalao, acompañado con pan, una naranja y una pasta.
En los inicios se ofrecía exclusivamente a los presos de la cárcel, aunque años después se fue aumentando, primero a los pobres de la localidad, y más tarde a todos los asistentes. Ayer se repartieron en total más de 4.000 raciones.