La Bañeza, un premio a su Pasión. Programa completo de su Semana Santa
La Semana Santa de La Bañeza vive este año un antes y un después en sus siglos de historia de tradición y entrega gracias al reciente reconocimiento de Interés Turístico Regional.
Todos los esfuerzos y desvelos todo un año de trabajo desembocan en la Semana de Pasión, que año tras año se celebra en La Bañeza con un exquisito respeto a la tradición. Todo este esfuerzo y dedicación se ha visto recompensado con la reciente Declaración de Interés Turístico Regional de Castilla y León, un reconocimiento con el que se ponen en valor todos y cada uno de los actos de esta semana de pasión, desde la procesión de Miércoles Santo, una de las más singulares de la provincia, cuando se celebra el Santo Potajero, una tradición que se remonta a 1615, cuando se estableció la obligación de dar de comer a los pobres en las pascuas de Navidad, Resurrección y Pentecostés, y que reúne entorno a enormes pucheros de garbanzos a autoridades, vecinos y visitantes que dan buena cuenta de esta entrañable fiesta gastronómica, organizada por la Cofradía de Nuestra Señora de las Angustias y Soledad, y donde adquieren un protagonismo especial los niños, que portan al pequeño nazareno, dando forma a una de las estampas más tiernas de la Semana Santa de la provincia.
Tras el sábado del Sábado de Pasión, con la procesión de la Hermandad, organizadas por la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno y Real Hermandad de Jesús Divino Obrero de León, llega el Domingo de Ramos con todo su esplendor, en la que se conmemora la entrada del Señor en Jerusalén, con la bendición de Ramos para toda la ciudad y la asistencia de autoridades y cabildos de las Cofradías ante el paso de La entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, La Borriquilla. Ese mismo día se celebra la procesión de la Nuestra Señora de la Esperanza de la Cruz.
El el Vía Crucis procesional del Lunes Santo brilla la Piedad, obra de Gregorio Fernández, el mejor imaginero de Castilla y León de todos lo tiempos.
El martes, la Vera Cruz celebra su encuentro. Procesionan la Virgen de La Esperanza y el Cristo de las Tres Cañidas. Ambas imágenes parten de la sede cofrade para llegar a la Plaza Mayor, desde distintos caminos, donde se celebra el encuentro. Después las imágenes se retiran juntas.
Angustias y Nazareno se unen en la noche del Jueves Santo, con la procesión del Encuentro, otro de los puntos álgidos de la Semana Santa bañezana. La imagen de Nuestra Señora de La Piedad, del siglo XVII, y otra de las titulares de Angustias, se encuentra con el imponente Jesús Nazareno en la calle Vía de la Plata, ante la emocionada mirada de un gran número de personas. Ambas cofradías dan lo mejor de ellas mismas en el baile de los pasos, que llega a su momento culmen cuando los del Nazareno inclinan el paso del Cristo hacia delante en señal de respeto.
El Viernes Santo es madrugador y mantiene esa tensión vivida en la noche anterior. A las siete y media de la mañana sale la procesión de Pasión de la capilla de Nuestro Padre Jesús Nazareno. Es un día intenso de procesiones, ya que se suceden la del Calvario, el Santo Rezo y la procesión del Santo Entierro. Tras la procesión de la Soledad del Sábado Santo, día fiesta en La Bañeza, ya que en ella colaboran los tres cabildos de la ciudad, Vera Cruz, Angustias y Nazareno. Los jueces de las tres cofradías cambian el velo de luto de la Virgen por uno blanco.
La fiesta de la Resurrección
La Bañeza cierra su Semana Santa por todo lo alto. El Domingo de Resurrección es fiesta en la ciudad, tanto que un pendón preside la última procesión en la que además participan los tres cabildos. El paño es la aportación singular de la Vera Cruz al cortejo, que se encuentra en la calle del Escultor Rivera. Angustias lleva el paso del Resucitado y la Urna, esta vez vacía. La Soledad es portada por 70 hermanos de Nuestro Padre Jesús Nazareno. Especialmente emotivo es el momento en el que los jueces de la Vera Cruz, Las Angustias y Nazareno cambian el velo de luto de la Virgen por uno blanco.