Diario de León

El veneno que habita en casa

Los estudios realizados demuestran que estamos condicionados por la polución de manera constante. Hasta tal punto, que los mayores porcentajes de intoxicación no están en la calle, sino en el interior de nuestras viviendas. La arquitectura trata de solventar este problema de salubridad. Las nuevas corrientes de la arquitectura ofrecen la posibilidad de generar ambientes más saludables

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CRISTINA FANJUL | LEÓN
León

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«Los edificios condicionan la salud. La propia Organización Mundial de la Salud destaca que pasamos en 90% de nuestro tiempo en espacios cerrados, mucho más intoxicados que los que se encuentran fuera». La arquitecta Almudena López de Rego, responsable de la Oficina técnica de Velux, añade que la mayoría de los materiales con los que se construye hoy en día, además de los plasticos, barnices o pinturas, emiten de manera constante partículas que hacen que el espacio interior esté cinco veces más viciado, más contaminado que el exterior. Almudena, graduada en arquitectura por la Universidad de Alcalá de Henares, Madrid, ha centrado su carrera en la salud, el confort y la eficiencia energética en la edificación, primero como investigadora en el Grupo TISE (Técnicas Innovadoras y Sostenibles en la Edificación), y más tarde como arquitecto colaborador con varias empresas líderes en el sector de la construcción. Destaca que uno de los datos más preocupantes resulta del hecho de que las habitaciones de los niños son, debido a los juguetes y peluches, las más contaminadas de las casas. Este fenómeno está detrás del aumento del riesgo de las alergias y enfermedades pulmonares. Los expertos también inciden en que la llamada Indoor Generation sufre más depresión (un 15% de la población lo padece) a causa de estar menos tiempo en contacto con la luz natural. Almudena López de Rego explica que en el caso de los menores, hay estudios que sostienen que su productividad, su rendimiento académico también depende de la calidad del aire y la luz que reciben. Si en los adultos, la productividad fluctúa en un 6%, en el caso de los más pequeños, este porcentaje se incrementa hasta el 15%. El sueño es otro de los marcadores que pueden ‘chivar’ la calidad del ambiente. «Sin luz no dormimos», destaca la experta.

Esta situación se relaciona con lo que hoy se denomina como ‘edificios enfermos’, término acuñado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para definir al conjunto de enfermedades –entre otras, respiratorias y cognitivas– originadas o estimuladas por la contaminación del aire en los espacios cerrados.

Además, y si bien es cierto que crece la concienciación acerca de la medición de la contaminación del aire exterior, no se hace lo mismo con el que respiramos en las casas y oficinas.

El enemigo huidizo

Actividades diarias de la vida en los hogares como cocinar, limpiar, ducharse, encender velas, secar ropa e incluso dormir y respirar, fomentan un aire contaminado en el interior, lo que con el tiempo puede derivar en la aparición de moho y hogares húmedos, aumentando así el riesgo de desarrollar asma, enfermedades respiratorias y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (Epoc). Y existen agentes contaminantes presentes en objetos cotidianos del hogar que liberan toxinas: detergentes, juguetes de plástico, o los propios materiales de construcción, pueden empeorar la calidad del aire interior.

Peter Foldbjerg, jefe de energía de luz natural y clima interior en Velux destaca que nos estamos convirtiendo cada vez más en una generación de personas de interior, donde el único momento en que recibimos luz natural y aire fresco entre semana es en el trayecto al trabajo o la escuela. «La vida moderna hace que a menudo comencemos el día muy temprano, vayamos corriendo al trabajo, donde pasamos de ocho a diez horas en el interior de la oficina, y después regresemos directamente a casa. A veces paramos en el supermercado para hacer la compra…», defiende.

Las nuevas corrientes de la arquitectura ofrecen la posibilidad de generar ambientes más saludables a través de la domótica. Y es que no podemos perder de vista un hecho indiscutible: en León, pero también en el resto de ciudades, el 80% del parque inmobiliario se construyó entre 1940 y 2005, cuando el código técnco no tenía en cuenta la eficiencia energética, que entró en vigor un año después.

La arquitecta de Velux recomienda que las fachadas sean móviles, la puesta en marcha de tecnología con la que el propio edificio sepa an qué momento el aire se ha viciado y las ventanas deben abrirse para regenerarlo o cuándo deben subirse las persianas para que entre luz solar. Todo ello lo permite la tecnología de Velux Active, que permite, a través de una serie de sensores, medir de manera constante el CO2, la humedad, la temperatura y de esta manera decidir en qué momento debemos abrir las ventanas para ventilar y restaurar el aire. Asimismo, este sistema de domótica está en contacto directo con la información meteorológica, lo que permite subir o bajar las persianas dependiendo del tiempo solar y de si va a hacer sol o va a llover. Esto es lo que se llama fachada dinámica. Este sistema permite además que la habitación se ventila al menos tres veces al día con vistas a conseguir un clima interior más fresco y saludable.

Para dar a conocer este estudio y concienciar sobre el problema, Velux ha lanzado el cortometraje Indoor Generation donde se pone de manifiesto la importancia que tiene vivir en hogares saludables, y cómo pequeños cambios pueden mejorar el entorno y la calidad del aire interior.

La pieza ha sido realizada por Martin de Thurah, director de cine, guionista, director de fotografía y director de videos musicales danés, quien ha explicado que «involucrar a la gente a nivel global significa trabajar con ideas universales. Este proyecto cuenta una historia importante, y esperamos que la película implique a la gente en el tema, y los active». Sin embargo, y a pesar de lo que podamos pensar, todo es un problema de actitud y conseguir vivir en viviendas con más calidad de aire, más sanas y con más luz no es imposible.

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