Diario de León

75 (lujosos) años... en Sedán

El Súper 6 y el Admiral precursores de los 6 cilindros. A mediados de los treinta del XX, Opel se lanzaba a la conquista del, también entonces, lujoso segmento medio. El Súper 6 y el Admiral marcarían toda una era en los catálogos del fabricante.

El Admiral de mediados de los treinta, pionero buque insignia de Opel.

El Admiral de mediados de los treinta, pionero buque insignia de Opel.

Publicado por
Javier Fernández
León

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De seis… en línea. Berlín, 1937. En el Salón del Coche y la Moto, Opel presenta dos nuevos modelos con tecnología innovadora: el Súper 6 y el Admiral, originalmente diseñados como coches del segmento medio, equipaban motores de 2,5 litros, seis cilindros en línea y 55 CV.

Incluso el Admiral rodaba un poco más allá: el seis cilindros subía hasta los 3.6 litros su cilindrada y ganaba una veintena de caballos en potencia, hasta los 75 CV.

Eso sí, ambas mecánicas compartían árboles de levas en cabeza y, en caso del Admiral, las válvulas se accionaban mediante árboles movidos por engranajes rectos.

Aquel lanzamiento, no sólo coincidía con el 75 Aniversario de Adam Opel AG, también preparaba el terreno para uno de los futuros iconos de la marca: el Kapitän de 1938, animado por un moderno motor de 2.5 litros y que también acabaría coincidiendo en el tiempo con el debut del Gran Admiral y el retorno del fabricante de Rüsselsheim al segmento de los coches de lujo.

Así que, la puesta en escena del Súper 6 y del Admiral también abría nuevos horizontes comerciales a la marca en el ámbito de las mecánicas de 6 cilindros.

Si aquel 6 cilindros de 2.5 litros -»carrera corta»- ya ofrecía una más que interesante potencia para la época (55 CV), aderezados con una punta de 117 por hora, lo más técnicamente significativo era su capacidad para mantener los 100 por hora de velocidad de crucero, ya que su «idoneidad para autopista» -en Alemania… claro- resultaba ser una de las claves productivas para los coches de la época… alemanes, claro: buenas prestaciones a alto régimen y elasticidad por recuperaciones desde los regímenes bajos y medios de giro; bueno… tampoco tan distinto a lo de hoy.

Por entonces, los catálogos publicitarios de Opel apuntaban… «con el lanzamiento del Súper 6, elementos que anteriormente reservados a coches deportivos de altas prestaciones, están ahora disponibles en le segmento medio»; con lo que el motor del Súper 6, encontraba su destino natural en las carreras, montado (65 CV) en un coche que dominaría las competiciones de todoterreno y larga distancia del momento, como la célebre «Internacional German Alpine Course».

Incluso los clientes podían elegir entre un Sedán de cuatro puertas o un versión Cabriolet y, a partir de 1938, también una Berlina de dos puertas.

A diferencia del Olympia, lanzado por primera vez en 1935 con carrocería autoportante, el Súper 6 continuaría fabricándose con el clásico chasis separado de la carrocería, lo que favorecía las realizaciones de carroceros independientes: Hebmüller, Autenrieth, Buhne o Gläser, que vestían coches a medida, tanto Cabriolet como roadster, sobre la base del Súper 6.

Hasta la presentación del sucesor Kapitän (1938), el Súper 6 contabilizaría 46.453 unidades.

El Admiral, aquel otro nuevo buque insignia de Opel, inspirado en el art decó y lanzado a la vez que el Súper 6, hacía gala de un depurado diseño aerodinámico en una gama dividida en dos versiones: un elegante Sedán, que se vendía por 6.500 reichsmarks, y un Cabriolet que costaba 7.000.

La suspensión delantera independiente, con amortiguadores hidráulicos y barras estabilizadoras, el motor de 3.6 litros, 6 cilindros y 75 CV, y una punta de 132 por hora (entre 110 y 115 «de crucero»), situaban al Admiral en un plano de superioridad frente a sus rivales de entonces.

No sólo la mecánica del Admiral establecería nuevas marcas en términos de suavidad y fiabilidad, también la utilizaría Opel en aquel famoso camión Blitz de tres toneladas -¿recuerdan las películas de la II Guerra Mundial?, pues uno de «esos» camiones-.

Tras 6.404 unidades fabricadas, la producción del Admiral cesaría, por el comienzo de las hostilidades, en 1939.

La incursión de Opel en el segmento de los coches de lujo continuaría una vez acaba la guerra, con el retorno de los Admiral y Kapitän a las cadenas de montaje.

En 1948, saldría el primer Kapitän de posguerra hasta que, años después, en la primavera de 1970, cesase definitivamente la producción del célebre sucesor del Súper 6, el Kapitän B.

En fin... también el nuevo Admiral de posguerra debutaría en 1964; se mantuvo en catálogo hasta 1977, conservando escrupulosamente la trayectoria filosófica de su célebre ancestro.

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