Diario de León

Porsche 75 años: aniversario… hacia el futuro

En abril de 1950 se fabricó el primer Porsche 356. Icónica combinación de tradición artesanal y alta tecnología productiva. A renglón seguido, Zuffenhausen se convertía en la casa madre del fabricante.

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Zuffenhausen… hogar de Porsche. Hace siete décadas y media arrancaba la aventura: la fabricación en serie del icónico 356; indisolublemente unido, todavía hoy, a la dilatada historia de coches deportivos en la marca.

Allí se producen el 911 —desde 1964—, la gama del 718 y el Taycan eléctrico: «Zuffenhausen es y seguirá siendo la cuna de nuestros deportivos. Encarna el espíritu pionero, la vanguardista tecnología de producción y la calidad de fabricación», afirma Albrecht Reimold (responsable de Producción y Logística en Porsche). En 1938, inicialmente capitaneada por Ferdinand como un estudio de ingeniería, Porsche nacía en Zuffenhausen para, una vez acabada la II Guerra Mundial, arrancar la producción en serie: el 8 de junio de 1948, el 356 «Nº 1» Roadster obtendría el permiso de circulación. Las primeras 52 unidades, con motor trasero y carrocería de aluminio «2+2» plazas, se fabricarían a mano en Austria —entre 1948 y 1950—, sirviendo como una suerte de «ensayo general» para la posterior producción del 356 en Stuttgart. Tras regresar a Suabia, la propia planta de Porsche sería ocupada por los aliados. A la vez que el estudio de ingeniería se situaba en un barracón de Schwieberdinger Strasse, Porsche alquilaba un espacio en la Planta II de Reutter, al otro lado de la calle, destinado a la producción y montaje de motores. A cambio, esa empresa se ocupaba de la fabricación de las carrocerías acabadas, pintadas y totalmente equipadas, que se produjeron en la Planta I de Reutter, sita en Augustenstrasse al oeste de Stuttgart, hasta 1953. A principios de abril de 1950, se remataba la primera unidad del 356 en Zuffenhausen, contabilizando 317 unidades. Como consecuencia de los primeros éxitos deportivos, y a la enorme demanda exportadora, el 356 se convertiría rápidamente en todo un éxito comercial para la marca. Como la administración militar estadounidense retrasaba la entrega de la Nave 1, Porsche encarga al renombrado arquitecto de Stuttgart Rolf Gutbrod el diseño de la Nave 2; una instalación de montaje edificada sobre un terreno que la compañía Reutter vendió a Porsche, y que entraría en funcionamiento de 1952, posteriormente ampliada dos años después. A finales de 1955, Porsche regresaría a casa, a su propio edificio en la Nave 1 de Zuffenhausen; cuyos edificios albergarían los departamentos de diseño y comercial, el taller de reparación de los coches de los clientes y de la empresa; además del departamento de pruebas y desarrollo de los vehículos de carreras. La producción, las ventas y el suministro y el suministro de repuestos permanecerían en la Nave 2, a la vez que arrancaba la producción de motores en la Nave 3 (1960) y a primeros de diciembre de 1963 se adquiría el taller de carrocería de Reutter —un millar de empleados y amplia capacidad técnica—, lo que prácticamente duplicaba la plantilla y aseguraba la ‘casa madre’ de Zuffenhausen. Ese mismo años, también salía de allí el primer

‘nueveonce’, entonces todavía conocido como 901. En 1956, Porsche ya había contabilizado alrededor de 78.000 unidades del 356, hasta el final de la etapa productiva del modelo. En las décadas siguientes, el fabricante no dejaría de ampliar y modernizar sus instalaciones. Volviendo la vista atrás, ya en la década de 1950, Porsche practicaba en Zuffenhausen un principio aún totalmente vigente hoy: la ‘producción flexible’ de diversas variantes en una compartida línea de montaje; las versiones Coupé, Cabriolet, Roadster y Speedster del 356 se montaban en paralelo y se acababan individualmente. Esta filosofía de gama combinada, con alta eficacia y calidad, ha seguido siendo un sello distintivo de la producción del fabricante; incluso hoy en día, resulta característico de la planta que se ocupa de todos los modelos y variantes del 911, desde el Carrera hasta las versiones GT y las unidades destinadas al certamen monomarca Cup, que se fabrican en una única línea productiva; incluso el elaborado equipamiento interior se produce en la guarnicionería de la fábrica. Del 356… al 911. En la década de los sesenta, el

‘nueveonce’ suplantaría con éxito al pionero 356: se externalizaba la producción de motores y la Nave 2, sometida a continuas ampliaciones, recibía una sala adicional. En 1969, se construyó la Nave 4, un edificio de varias plantas destinado al montaje final de los automóviles; también Porsche optimizaba su flujo productivo, e incrementaba sus recursos. En 1973, ya contaba con cuatro mil empleados y, a finales de la década de 1980, más del doble de personas trabajaban en las tres sedes: la planta de Zuffenhausen, el Centro de Investigación y Desarrollo de Weissach y las oficinas de Luisburgo. Durante las siguientes décadas, Zuffenhausen crecería exponencialmente merced al aumento de la producción. Junto con el 911, en los años 70 y 80, también se fabricaron modelos con motor delantero: 928, 944 y 968. En la década de 1980, la sección de carrocerías de Zuffenhausen volvería a alcanzar los límites de su capacidad, mientras la creciente demanda de deportivos requería una ampliación de las instalaciones. La Nave 5, inaugurada en 1988, se diseñaba para una producción de carrocerías de alta flexibilidad.

Un símbolo visible de la nueva lógica productiva sería el puente transportador que, a partir de entonces, llevaría las carrocerías sobre la transitada calle Schwierdinger, a unos 36 metros de altura, directamente a la línea de montaje final en la Nave 2, al otro lado de la calle. Otro significativo cambio en la historia de la planta de Zuffenhausen fue su preparación para la fabricación del Taycan eléctrico, en 2019; y, como parte de esa transformación, Porsche crearía otras áreas: un nuevo taller de carrocería en la Nave 5 y una moderna sección de pintura en la Nave 1 adaptándose, todo ello, a los específicos requisitos de la movilidad eléctrica. Al mismo tiempo, se inauguraba un moderno edificio de montaje con una estructura lineal modular en la Nave 2, frente a Adestrasse, junto con un segundo puente transportador sobre Schwieberdinger Strasse para conectar eficazmente la nueva configuración logística. Definitivamente… Zuffenhausen es todo un símbolo de precisión, innovación y exquisita artesanía; donde Porsche combina la tradición con la tecnología más avanzada. Por citar sólo algunas de las innovaciones de los coches deportivos

«Made in Zuffenhausen»: producción del 911 y Taycan; además de un área de alrededor de un kilómetro cuadrado al norte de Stuttgart, para la producción de motores ‘bóxer’ y V8 para los modelos de combustión, y los propulsores eléctricos para el Taycan y Macan. Unas instalaciones que albergan tres talleres: Porsche Exclusive Manufaktur (personalización para clientes), Departamento Sonderwunsch (coches únicos) y CFRP Manufaktur (ensamble manual de piezas de carrocería para 911 S/T y 911 GT3 RS). Para que nada falte, junto con Zuffenhausen y Weissach, Leipzig también desempeña un papel fundamental: Cayenne (entre 2002 y 2016), Carrera GT (de 2003 a 2006), Panamera (desde 2009) y Macan (desde 2014), que supuso la ampliación de esta planta de Leipzig hasta convertirla en una «fábrica integral», entre 2011 y 2014. Con el futuro por bandera… en la ‘casa madre’ de Zuffenhausen, Porsche combina las ventajas de la producción en serie con la exclusividad de unos automóviles únicos.

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