Quién es quién en el escándalo
La coincidencia de los retiros multimillonarios con las operaciones de rescate ha provocado el actual escándalo. Pero también existen precedentes:
Miguel Castillejo, presidente durante tres décadas de la quebrada Cajasur —adjudicada finalmente a la BBK—, se jubiló en el 2005 a los 75 años con un seguro por el que la entidad había desembolsado 4,3 millones. La póliza, que cubría también a sus cuatro hermanas, engordó en la última etapa a razón de un millón por año.
Miguel Blesa, que fue presidente de Caja Madrid, y otros nueve directivos, reclaman judicialmente que la entidad les pague el bonus por un total de 25 millones de euros que tenían comprometido. El nuevo gestor lo anuló, con la justificación de que la caja había recibido ayudas públicas.
José Luis Méndez, ex director de Caixa Galicia, cobró 11 millones netos en septiembre del 2010. Tuvo una larga trayectoria de 29 años de poder en la entidad, que abandonó para que la fusión con NovaCaixa siguiera adelante.
Roberto López Abad dirigió la CAM entre el 2001 y el 2010, la etapa del ‘boom’ del ladrillo en la que se acumularon los riesgos. Promovido a la dirección del banco que iba a nacer de la fusión con Cajastur, Caja Cantabria y Caja Extremadura, el fracaso del plan llevó a salir con 5,8 millones de euros entre indemnización y rescate del fondo de pensiones. José Luis Pego, ex director general, Gregorio Gorriarán, responsable del inmobiliario, y Óscar Rodríguez Estrada, directivos de Novacaixagalicia, salieron de la entidad con un total de 16,5 millones. Javier García de Paredes renunció a parte de su indemnización por considerarla excesiva y cobró 3,5 millones de euros. María Dolores Amorós, ex directora general de la CAM, fue la mano derecha de López Abad desde el 2001 y responsable de la gestión en el último año. Cuando se produjo la intervención por el Frob el 22 de julio, ya se había asegurado una pensión vitalicia de 31.000 euros mensuales. Está acusada de actuar en beneficio propio. José María Loza, ex director general de Caixa Catalunya, se marchó en el 2008 con 5 millones y un plan de pensiones por cuantía equivalente.