La reforma de la Constitución
Parece que si en algo están de acuerdo casi todos es en la necesidad de reformar la Constitución, es carta magna que nos llevó a la democracia y a la convivencia a cambio de dejar sueltos algunos cabos. Ahora todo se ha precipitado gracias por una parte a la desastrosa gestión en este sentido de Zapatero, pero sobre todo a la aparición de los nuevos partidos. El problema es que los ciudadanos seguimos sin saber qué es exactamente lo que proponen, qué cambios son los necesarios y que alternativas se presentan. Todo hasta ahora son frases, tuiters, titulares que abordan muy por encima una necesidad tan importante y, seguramente ya, tan urgente.
Paso por alto la posición de Podemos y sus absoluto desprecio por lo que han venido calificando como «papelito del 78» y que imagino no seguirán defendiendo. Abrir un periodo constituyente no es que sea absurdo sino un verdadero disparate. Pero allá quienes defiendan estos dislates. Hay que reformar la Constitución. Hay que reformar la Ley Electoral y la sucesión en la Corona. Hay que tocar otros temas. Vale. ¿Y cómo se hace todo eso?
Porque yo sigo esperando a que me expliquen ese proyecto federal del PSOE, quién recauda qué y cómo se casa todo eso con la lógica. Que hoy por hoy nadie está contento, es un hecho: unos poco reciben poco y dan mucho (dicen), otros porque son muy grandes y otros porque son muy pequeños. ¿Se puede armonizar todo? No lo sé.
Y por otro lado el «estamos dispuestos a estudiar esa reforma» que el PP dice con la boca chica. Y se equivocan. Otra pregunta es si unos y otros tendrán el valor a la hora de enfrentarse a la tan cacareada reforma de dar también algún paso atrás. Porque no podemos tener un sistema sanitario que es universal para todos menos para los españoles. No podemos tener modelos de educación que entran en conflicto y no podemos investigar cada uno por libre.
No es fácil en la situación que nos encontramos llegar al consenso necesario para esa reforma pero habrá que intentarlo. Sobre todo el PSOE y el PP que pudieron hacer mucho más fácilmente en tanto tiempo de bipartidismo y no hicieron. Es lo malo de dejar los deberes para mañana.