Diario de León

Análisis

Juan Carlos Suárez Quiñones: "La Junta felicita a la población de la montaña de León por el reconocimiento como Sipam"

Desde la Junta de Castilla y León mostramos nuestra gran satisfacción por el reconocimiento por la FAO de nuestra montaña como Sistema Importante del Patrimonio Agrícola Mundial. Una feliz iniciativa por la que felicitamos especialmente a los numerosos municipios de la montaña y sobre todo a la población del entorno por este importante reconocimiento mundial.

El consejero de Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez Quiñones. RAMIRO

El consejero de Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez Quiñones. RAMIRO

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Juan Carlos Suárez Quiñones. Consejero de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio
León

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El título Sipam es un reconocimiento al valor del patrimonio natural existente y de un paisaje tradicional, que integra de manera armoniosa prácticas agrícolas, ganaderas y forestales.

Un paisaje y ecosistema al que han contribuido de forma valiosa los gestores y los titulares de las explotaciones agrícolas, ganaderas y forestales, que han mantenido las prácticas heredadas tradicionales y las han adaptado a un entorno cambiante, tanto climática como social y económicamente.

Una gran parte del territorio reconocido son montes de utilidad pública y son gestionados por la Junta de Castilla y León, que es el principal gestor de tan ingente territorio. Por lo tanto, mi agradecimiento a los técnicos y agentes medioambientales y forestales y celadores de la Consejería que allí trabajan, porque son otros de los protagonistas de este reconocimiento.

Hay que recordar también el valor de la caza, porque en ese entorno hay 3 reservas regionales de caza y numerosos cotos, que permiten aprovechar otro recurso. Y el valor de la pesca en ese entorno, gracias a las magníficas condiciones de los ríos, que han hecho de León uno de los mejores lugares de Europa para la pesca de la trucha.

Es un entorno que está en transformación, pero que sabe adaptarse a los cambios. Uno de los más espectaculares es la extraordinaria recuperación en las 5 últimas décadas de los bosques de la Montaña: de los hayedos, robledales, rebollares, abedulares, pinares, sabinares, tejedas y otros.

Otro es la recuperación de la fauna y sobre todo de la asociada a entornos forestales, como el ciervo, el corzo, el jabalí; pero también otros como el rebeco y especies como el oso o el lobo. E igual podemos decir de pequeños y medianos mamíferos o de las aves, como el águila real, el buitre, el quebrantahuesos (que es destacable por lo reciente y singular), el pito negro y otras muchas.

Aunque haya otras como el urogallo, que están sufriendo dificultades, por lo que es en las que más nos esforzamos, con la puesta en marcha del importante y referente Centro de Cría del Urogallo en Valsemana.

La Consejería está trabajando en la recuperación y el manejo de todas ellas, con resultados espectaculares en la mayor parte de los casos. Las reservas de caza y los montes de utilidad pública ayudaron a ello y más recientemente los diversos espacios naturales protegidos, desde Babia al Parque Nacional de Picos de Europa. De hecho, la mayor parte está protegido como parte de la Red Natura 2000.

Pero esas recuperaciones no son sencillas y generan tensiones y problemas, y los más llamativos son los ataques de lobo, los de oso o jabalí y los riesgos de sanidad de la cabaña ganadera, que nos ha de mantener siempre alerta.

Y para la Junta la clave es la coexistencia de esa fauna en recuperación, con las explotaciones ganaderas y agrícolas, que queremos mantener y desarrollar en la medida de lo posible, y lo que requiere mucho trabajo, diálogo y concertación de intereses. El Ministerio de Transición Ecológica y para el Reto Demográfico en lugar de ayudar y sumarse a los complejos consensos en marcha, toma decisiones unilaterales e injustificadas como la estricta protección del lobo y haber hurtado a las Comunidades Autónomas su gestión. Es ir en sentido contrario a la promoción de la Ganadería extensiva, un valor de aquellos que han sido reconocidos con la declaración de SIPAM.

También hay que mencionar el gran esfuerzo por restaurar los hábitats naturales y por la repoblación forestal, En la Montaña se han repoblado decenas de miles de hectáreas que han creado bosques de altísimo valor. Las más antiguas tienen ya cerca de 100 años (Ejemplo el pinar de Piedrafita de Babia, que data de 1912)

Pero es que estamos recuperando el hábitat del oso, el del urogallo o el de pequeños vertebrados, como el desmán ibérico, y de los pastos de puerto de montaña y pastizales.

Y para ello participamos en numerosos proyectos Life o de otros programas europeos como Interreg, con ejemplos destacados como el Rebollo, Taxus, Desman, Alnus, y tenemos preparados otros para el Haya o la Sabina.

Hemos mejorado la gestión forestal de los bosques creados, impulsando la planificación forestal y la realización de tratamientos selvícolas, promoviendo los aprovechamientos de madera y biomasa, que hoy proporcionan rentas muy importantes a las juntas vecinales y ayuntamientos de la Montaña.

Pero no es sólo lo estrictamente forestal, porque de la mano de la Consejería de Agricultura, hemos mejorado las infraestructuras y la red viaria, para mejorar el acceso a las explotaciones. E incorporamos programas de desbroces para aumentar la superficie pastoral y contener la expansión del arbolado, pues queremos mantener el paisaje silvopastoral tradicional.

Y estamos apoyando la recuperación de la trashumancia y la coexistencia de los diferentes tipos de ganado: vacuno, ovino y caballar, incluso cabrío, lo que no siempre es fácil y también genera tensiones: pero es positivo para el mejor aprovechamiento de los recursos y la conservación de los hábitats.

Y sobre todo, protegemos el territorio frente a los incendios, que décadas atrás eran un problema gravísimo y que cada vez son menos. Pero también son cada vez más devastadores, como desgraciadamente hemos podido sufrir este pasado verano. Y por eso mantenemos una red de torres y puestos de vigilancia, que estamos modernizando con cámaras, mantenemos bases aéreas, de motobombas, cuadrillas y todo un operativo, con medios bien distribuidos por un macizo tan extenso y valioso, que estamos reforzando de forma intensa.

En estas décadas hemos desarrollado el sistema de espacios naturales y uso público, con una magnífica red de casas del parque y decenas de merenderos, áreas de acampada, senderos balizados, puntos de observación de fauna, y últimamente, también puntos para escalada o rutas de bicicletas de montaña y miradores en lugares emblemáticos.

Y las huellas de otras actividades, como las escombreras del carbón o los huecos mineros y los vertederos descontrolados, los estamos restaurando, en este caso con la ayuda de otras administraciones y los fondos europeos.

De cuyos fondos hemos reservado una parte importante (8,5 M€) para las reservas de la biosfera, siete de las diez en esta sin par provincia de Léon.

De todo esto se nutre la declaración de SIPAM. Estamos ante una montaña que merece el reconocimiento de un paisaje tradicional, pero que a la vez está en profunda transformación, que estamos llevando a cabo de la mano, sobre todo, de quienes lo han modelado que son los habitantes de nuestra querida y espectacular montaña leonesa, Sistema Importante del Patrimonio Agrícola Mundial.

Enhorabuena.

 

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