Diario de León

C-Métisse, el futuro según Citroën

Cuatro puertas, tres asientos... coupé de propulsión híbrida. C-Métisse, lo llama Citroën. Toda una propuesta tecnológica que el «chevron» no tardará en trasladar a la serie

Publicado por
JAVIER FERNÁNDEZ | texto
León

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Cuatro metros y setenta y cinco centímetros de largo, dos de ancho y sólo 1,24 metros de alto... las ruedas «casi» saliéndose de la carrocería -la zaga no tiene prácticamente voladizo- y una batalla que se alarga hasta los tres metros. Así de «rompedora», por lo inusual, se perfila la propuesta que el chevron lanza sobre la moqueta de «su» casa... el Salón de París. Por sus proporciones, el color rojo fuego de su carrocería, la espectacular apertura de sus puertas y sus omnipresentes cromados, este coupé, dotado de 4 plazas y 4 puertas (el «4», C4, se ha convertido ya en número de culto para la marca) reaviva la pasión por los automóviles de Gran Turismo, a la vez que abre una nueva vía en el campo de los coupé «con carácter», muy confortable a bordo y de altas prestaciones respetuosas con el medio ambiente. Además, el C-Métisse adelanta las líneas estético-tecnológicas que, muy posiblemente, marquen la trayectoria de futuras realizaciones en los catálogos del fabricante, también en segmentos hasta ahora inexplorados por el fabricante. En una suerte de «pasión por la razón», el C-Métisse adopta, en combinación con un impactante diseño estilístico, unos faros de leds, que enmarcan al tradicional doble chevron de la parrilla y se iluminan gradualmente en función del ángulo del volante y de la velocidad del vehículo, lo que permite obtener un alumbrado óptimo en conducción nocturna por carreteras sinuosas. La adopción de unas llantas de tuerca central única, al estilo de las utilizadas tradicionalmente en F-1 y Sport Prototipos, combinadas con unos neumáticos Michelin cuya puesta a punto ha formado parte de la propia concepción del vehículo, permiten al C-Métisse una baja resistencia al aire y presumir de un excelente coeficiente de penetración aerodinámica: Cx de 0,30. No sólo el exterior ofrece un impactante diseño, otro tanto sucede con el interiorismo del C-Métisse: volante -herencia C4- achatado en su polo inferior y con mandos centrales fijos donde se aglutinan tanto las funciones de confort como las de ayuda a la conducción (radio, limitador de velocidad, ordenador de a bordo, iluminación, intermitentes, limpiaparabrisas...). En la consola del techo se sitúan los botones de contacto y arranque, ubicación que proporciona una sensación de estar en el puesto de un «avión de caza». Incluso la postura de conducción se determina en función del posicionamiento óptimo del ojo del conductor. La innovadora «suspensión» de los reposacabezas, materialmente «colgados» del techo y dos mandos eléctricos que permiten regular la posición del volante y de los pedales de aluminio, acaban por propiciar una posición óptima sin mayor esfuerzo ni molestias para el conductor. Aún tratándose de una pura representación coupé, el C-Métisse dispone de cuatro puertas de apertura enfrentada: las delanteras en «ala de gaviota», mientras las traseras abren en trayectoria helicoidal. Todas ellas liberan parcialmente el techo -mejor acceso en vehículos bajos, como es el caso- a la vez que proporcionan un espectacular efecto visual. Híbrido diesel La guinda de esta innovadora realización de Citroën viene de la mano de un sistema de propulsión híbrido diesel, resultan de la combinación de un motor V6 HDi (208 CV), dotado de filtro de partículas FAP, asociado a una caja de cambios automática de 6 velocidades y tracción a las ruedas delanteras. Además, en las dos ruedas traseras se adoptan sendos motores eléctricos (20 CV cada uno) capaces de mover el coche en modo «Zero Emisión Vehicle» (ZEV), lo que permite utilizarlo de forma totalmente eléctrica «extendida», en el más absoluto silencia y durante alrededor de 3 kilómetros a 30 por hora de velocidad. Utilización no solamente urbana, también en carreteras sinuosas (aceleraciones y deceleraciones continuas), donde este sistema híbrido permite limitar el consumo, haciendo un uso eficaz de ambas energías. En autopista, como cabe suponer, el motor térmico turbodiesel V6 hace gala de un excelente rendimiento. Citroën no ha buscado tanto una velocidad punta escasamente aprovechable en utilización habitual, cuanto primar la facilidad de conducción merced a aceleraciones brillantes y, en consecuencia, también recuperaciones desde los regímenes más bajos (80 a 120 Km/h. en 4,2 segundos... por ejemplo).

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