Manjares para leer

|||| Si hay un libro que los amantes de la gastronomía y los de la literatura con mayúsculas devorarán con ansia, este es el último de Manuel Vicent, escritor mediterráneo que en Comer y beber a mi manera, hace un profundo repaso a las emociones que desde niño ha recibido a través de los manjares que ha degustado. Vicent escribe con fina ironía, con delicado humor y con el profundo conocimiento que proporciona el haber comido buscando siempre descubrir hasta la última de las sensaciones que la maravillosa oferta gastronómica que litoral levantino ofrece. Dice el autor que «La cocina mediterránea estriba en su visibilidad. Para empezar uno sabe lo que come. Verduras, ensaladas, pescados, carne frutas, aceite de oliva, todo al descubierto, de primera mano y sin salsas más o menos literarias que te destrozan el estómago. La cocina mediterránea es también una forma de comer, de alargar la sobremesa, de reír los alimentos. Esto es lo que he comido a lo largo de mi vida. En este libro, junto a unos alimentos terrestres, están mis amigos, mis viajes, siempre acompañados por un aroma que me devuelve a la cocina de aquella vieja casa». Comienza Vicent el libro hablando de del pan, aquel alimento tan difícil de conseguir en los años cuarenta. «En medio del hambre de posguerra, siendo muy niño, en el pueblo las familias se dividían en dos: casas donde amasaban pan y casas donde no amasaban pan. Esos significaba que tenían harina o no tenían harina y en esa división consistía entonces ser absolutamente rico o pobre de solemnidad». A lo largo de doscientas páginas pletóricas de sabores, aromas y texturas, el autor hace que el ávido lector disfrute de mariscos, paellas, ensaladas, sopas, frutas, guisos¿ de lo mejor de la cocina mediterránea preparada con los ingredientes y la sabiduría de un estupendo escritor.