Renovarse o morir
|||| Después de casi cuarenta años de citas anuales, el Concurso Gastronómico de la Trucha tiene forzosamente que cambiar si es que quiere mantener su importancia. Los organizadores están dispuestos a convertir el veterano evento en un certamen liberado de los achaques que ahora le afligen. Para ello necesitan la colaboración de todos, el impulso de la gente, el buen ánimo de los profesionales y las aportaciones de las autoridades. Por su historia y por el entusiasmo con el que la Asociación de Empresarios de Hostelería lo mantiene vivo, bien se merece la colaboración de todos. Habrá que partir de cero, los concursantes deberán tener un lugar donde cocinar sus platos, para poder servírselos al jurado en el momento mismo de terminar su labor, ofreciendo los manjares todas las cualidades que el profesional haya querido imprimirles. Los premios deben de ser menos y mucho más importantes, en estos tiempos ningún cocinero importante se mueve de sus fogones por 600 euros. Alguien dirá que el premio en metálico es lo menos importante, que lo que de verdad interesa al profesional es el prestigio que otorga a su labor un concurso importante, como es el de la Trucha. Estamos de acuerdo, pero en imprescindible, si es que queremos tener en León a los mejores, que los premios sean jugosos. Otra tarea que hay que emprender, si puede ser ya en la próxima edición, es la de buscar una mayor difusión del concurso. Para ello es necesario contar con presupuesto para invitar a pasar dos días en León a los más prestigiosos medios de comunicación que tengan es sus páginas, en sus pantallas o en sus ondas, espacios dedicados a la gastronomía. Los grandes profesionales de la prensa coquinaria pueden dar al evento la trascendencia nacional que ahora no tiene. Es el momento del cambio, otro año más viviendo de la inercia que producen cuarenta años de éxitos, puede llevar al certamen a su desaparición. Y creemos que la cita con la reina de los ríos leoneses es tan importante que todos los leoneses debemos implicarnos en la búsqueda de nuevas metas para el concurso, y de ayudas para la entusiasta Asociación de Hostelería que ha conseguido mantenerlo en lo más alto durante casi medio siglo.