Viaje gastronómico a las Rías Bajas

Para alguien de tierra adentro visitar las costas, admirar del interminable horizonte marino, respirar la brisa que huele a profundidades y sal, es una aventura apasionante. Una aventura que sería insípida si no pudiéramos disfrutar también de los manjares gastronómicos que el mar nos brinda. Nos declaramos incondicionales de las Rías Bajas gallegas, y concretamente de ese reducto turístico sin parangón que es Sanxenxo, nombre en gallego de san Ginés, patrón de la villa marinera junto a santa Rosalía. La interminable playa del Silgar, casi un kilómetro de arenas inmaculadas y suave oleaje, es un atractivo espectacular para los miles de visitantes que cada año lo visitan y que hacen que en el verano sus casi veinte mil habitantes se conviertan en casi ciento cincuenta mil. Sanxenxo es el municipio español con mayor número de banderas azules europeas, destacando entre las playas de sus alrededores, La Lanzada, Montalvo, Areas y Panadeira. Su casco antiguo lo preside la antigua iglesia de san Ginés, construida en el siglo XV en otro lugar y traslada aquí piedra a piedra. Monumento de una sola nave perteneciente al estilo Gótico Marinero, que aporta al centro de la villa un sello de antigüedad. Mientras que, muy cerca, el nuevo edificio del Concello, pone la nota moderna. Y a pocos metros el impresionante Puerto Marítimo, uno de los más modernos de Galicia, con su estatua enorme de un marinero de bronce que toma indolentemente el sol un año tras otro. La Madama del Salnés, pescando brisas y olas sobre las rocas que enmarcan la playa del Silgar, ve pasar cada año con muda complacencia a miles y miles de ilusionados turistas, de gente que disfruta del sol, del mar, de la belleza del entorno natural, de los lugares de diversión ¿ y sobre todo de la incomparable gastronomía gallega. Y es de gastronomía de lo que queremos hablarles, de las enormes mariscadas que pueden degustarse en cualquiera de sus tascas, bares, cafeterías, o restaurantes y de toda la otra gastronomía gallega, que es mucho más que pescados y mariscos. Hay nombres imprescindibles entre los hosteleros de Sanxenxo como el de Pepe Vieira , apasionado de la nueva cocina con raíces. El de Rotillo, el restaurante que ha sido durante muchos años la gran referencia culinaria del Salnés. La exquisita cocina de Mar y Cielo, otra de las instituciones hosteleras de la villa. El arroz con bogavante de O¿Pazo¿ Pero yo quiero hablarles aquí de un amigo, de Manolo, Manuel Amoedo, capitán de La Bodega, una taberna situada en las frescas profundidades de un callejón marinero, al lado mismo de la Avda. de Madrid, calle principal de Sanxenxo. En La Bodega, se dan cita a lo largo del verano miles de visitantes, entre ellos gran cantidad de leoneses, que disfrutan de una comida típica en un ambiente rústico y acogedor. Para Manuel lo principal son las materias primeras, desde hace muchos años los pescadores y mariscadores de la zona le traen los mejores berberechos, las almejas más exquisitas, zamburiñas, calamares, navajas, nécoras, centollos, chipirones, mejillones, merluzas, meros¿ todo lo que ustedes se puedan imaginar. Y aquí los cocinan lo justo, sin recetas complicadas, como debe de ser, cuando la materia es buena basta con una cocción al vapor para que todos los aromas y sabores del mar lleguen a la mesa a través, por ejemplo, de unos proletarios berberechos, a los que en la trastienda de La Bodega han sabido despojar de todas las arenas de las que normalmente son portadores. No esperen aquí lujos, que no los hay, pero sí que hay una estupenda cocinera capaz de hacer como nadie una zamburiñas al ajillo, o de poner en valor uno de los grandes platos de la comarca, la caldereta de raya, típico manjar que les recomendamos vivamente. Si visitan el lugar hablen con Manolo, díganle lo que les apetece y el sabrá complacerles siempre, si hoy no figura en su carta, mañana se lo tendrá primorosamente preparado. Y no se asombren, ni se asusten, de la cola que normalmente se encontrarán, porque en unos minutos tendrán su lugar preparado, allí sí que se trabaja a ritmo europeo. Y lo más sorprendente de esta entrañable bodega son sus precios y la abundancia de los platos que sirven. Una apuesta segura, aunque un recorrido gastronómico por la villa y por sus alrededores, Porto Novo, O Grove, Cambados¿ es fundamental para cocer los sabores de esta región que tiene como perfume emblemático el incomparable albariño, el vino más aromático y delicado de Galicia, que nace ahí mismo, en las laderas que rodean Sanxenxo. Que lo disfruten.