Demanda

|||| Genoveva Casanova ha decidido tomar cartas en el asunto y presentar una demanda de separación matrimonial al ver que su marido empezaba a hacer honor a su apellido (el de ella) y su dignidad como esposa ultrajada y engañada estaba en juego. Genoveva, aunque de modales suaves y carita de ángel, no deja de ser mexicana y cuando a una mexicana le tocan así la moral se cruza las cananas sobre el pecho y se echa a hacer la revolución por su cuenta; así arda la Casa de Alba. Tal vez Cayetano Martínez de Irujo no sea exactamente Casanova, pero es evidente que a veces sabe imitarlo muy bien; y hay fotos que lo demuestran. Esas imágenes en las que aparece abrazando, tal vez con desgana, pero abrazando al fin a una jovencita de 22 años han sido suficientes para desatar, mediáticamente hablando, la tormenta perfecta. A Amina, la joven apapachada (como se dice en la tierra de Genoveva) por Cayetano, le ha faltado tiempo para sacar tajada del asunto y contar en un plató que el jinete llegó a hablarle incluso de amor... Que le quería bastante, le dijo el conde de Salvatierra, según ella. Bastante, cuando se trata de amor, no parece suficiente. Gila lo explicó muy bien en aquel chiste en el que un novio le decía a su novia: «Te quiero más que a un pariente». Ahora el conde alega que aquellos arrumacos se produjeron en Bélgica durante un concurso de saltos en el que pasó «mucho frío». Y, sí, puede ser. Al frío no hay que subestimarlo jamás, pues a él le deben su presencia en este mundo millones de seres humanos. Pero ese mismo frío también congela los corazones y es lo que le ha ocurrido a Genoveva. El mercado del amor es así. Por no resistirse a la oferta... Cayetano se enfrenta ahora a la insoportable presión de la demanda.