El primer vino del año Uva a uva

Tradicionalmente el segundo jueves de noviembre se lanza al mercado el Beaujolais Nouveau , conocido como el primer vino del año. Este vino tinto se elabora tradicionalmente en una zona del centro de Francia mediante el método de maceración carbónica. Este sistema de elaboración se ha trasladado a otras regiones con mayor o menor éxito aunque es originario de esta región de Francia. El método en sí utiliza uvas enteras en lugar de uvas estrujadas y aquí radica su originalidad y su diferencia con otras elaboraciones. En otra ocasión explicaremos las peculiaridades del sistema. El caso es que todo el proceso es bastante rápido, además no hay paso por madera, con lo que en aproximadamente un par de meses tras la vendimia el vino se puede comercializar con todas las garantías. Por eso lo llaman el primer vino del año, aunque para ser rigurosos esta denominación no es correcta ya que en el hemisferio sur la vendimia es en marzo y por tanto pueden comercializar sus primeros vinos en junio. Estos vinos de maceración carbónica o vinos primeros son muy sencillos con unas notas muy identificativas: plátano, manzana asada, fruta roja madura¿ aromas que provienen precisamente del peculiar método de elaboración que siguen. En boca, son ligeros y muy suaves. Esto se debe a que el contacto con la piel, donde se encuentran las sustancias responsables del color y la astringencia (dureza) de los vinos, es bastante corto. Así pues el mosto no tiene tiempo suficiente de colorearse tanto como otros tintos ni de extraer sustancias que le aporten cuerpo, estructura o aspereza. Se trata de vinos para consumir en menos de un año, con un precio bastante asequible y van bien con comidas sencillas. Son vinos sin grandes pretensiones que sin embargo tienen un tremendo éxito. Cualquiera que haya viajado por Francia durante estas semanas seguro que se habrá fijado en los enormes carteles que aparecen por todas las carreteras francesas anunciando la llegada del nuevo Beaujolais, el lema es: «Le Beaujolais nouveau est arrivé». Pero no sólo en Francia, también en Reino Unido, Alemania, los países nórdicos e incluso Estados Unidos se unen a esta fiebre del Beaujolais Nouveau. Legalmente, el tercer jueves de noviembre es el primer día para comercializarlo y no se sabe la cantidad de litros de Beaujolais Nouveau que los franceses, alemanes o nórdicos llegan a consumir esa noche pero es enorme. La tradición obliga a quedar con los amigos y brindar por la nueva cosecha¿ y lo que se tercie. Esta enorme operación de márketing reporta unos ingresos estacionales sólo comparables a los del cava el 31 de diciembre. El caso es que con la excusa de la novedad, hay productores que se quejan de que no les queda vino para el resto del año y es que los franceses no dan tregua cuando se trata de estar a la última. En España, también se hacen estos vinos, pero, claro, la parte de comercialización no la tenemos tan a punto. La zona de Rioja Alta es la que lleva más años elaborando estos vinos pero otras denominaciones como Toro, Bierzo, Cataluña e incluso Madrid también cuentan con ejemplos de vinos de maceración carbónica muy dignos aunque, desde un punto de vista comercial, no tengan tanta resonancia ni se estudien en las escuelas de márketing. Por si les apetece probarlo, les daré un consejo entre profesional y personal: a mi me encantan con castañas. La parte técnica del maridaje sería que la textura harinosa de las castañas complementa la textura suave y sedosa del vino; además de que el sabor ligeramente dulce de la castaña se armoniza con el recuerdo de fruta muy madura del vino. Pero para la parte emocional les diría que cuando llega el melancólico otoño con sus vientos, sus lluvias, sus hojas caídas y sus días cortos, coger entre las manos las castañas calientes y crujientes y beber un vino suave y dulce levanta el ánimo de cualquiera. Sólo por si quieren probarlo.