Diario de León

Fiat 500 Abarth,tras las huellas de Carlo

La recién recreada Abarth , como marca independiente dentro del Grupo Fiat, recurre a uno de sus iconos de siempre: el 500, motor de baja cilindrada y altas prestaciones... como siempre en los postulados del fundador Carlo; 135 CV, «maqui

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León

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|||| El árbol genealógico vestido de carreras. Irresistible caramelo para los amantes de las preparaciones racing , traslación al XXI del icono automovilístico de mediados del XX, el 500 Abarth se convierte en toda una pieza de coleccionista (a 18.500 euros la tirada) para quienes pretendan revivir, y disfrutar, la magia de antaño; eso sí, trufada con innovadoras actualizaciones técnicas.

Tomando como base el Fiat 500 Sport, los talleres de Abarth se han puesto manos a la obra en la transformación -”como antaño-” que muestra, bien evidentes, las picaduras del Escorpión: capó alargado -”hay que dar cabida al turbo-”, generosa boca frontal de refrigeración con sendas «branquias» laterales -”para alojar los intercooler-”, prominentes aletines -”tiene que guardar los 195/45 R16-”, canalizaciones de aire traseras, dos tubos de escape y un prominente alerón rematando la luneta trasera... ¡ya está!, aunque no sólo, también el reglamentario techo «damero rosso» (puede optarse por un techo acristalado... pero no es lo mismo), retrovisores pintados en rojo (la carrocería, ya se sabe, mejor siempre blanco Abarth ) y los anagramas del preparador en los paños laterales zagueros.

Así, el sugestivo aspecto exterior se conjuga a la perfección con un interior capaz de recrear todo el ambientillo de la transformación: volante de tres radios, tapizado en cuero y achatado en su polo inferior en el que, ¡sólo faltaba!, luce en su centro un prominente Escorpión, asientos anatómicos y pedalier en aluminio antideslizante.

Todo, que no es poco, para alojar un tetracilíndrico multiválvulas turboalimentado que rinde 135 CV (en la versión «normal», porque la «Assetto Corse» llega hasta los 200 CV), entrega 21 metros/kilo a 3.000 vueltas y viene unido a una caja manual de 5 marchas -”¿por qué no de seis?-” y relación cerrada. Los tarados de suspensión se han reforzado, los frenos se han sobredimensionado -”con preciosas pinzas pintadas en rojo-” y la dirección es más rápida y menos desmultiplicada que en el 500 Sport (100 CV) sin «tratamiento» Abarth. Eso sí, se mantiene -”¡y de qué manera!-” la tecla «Sport» en el cuadro de instrumentos para «deportivizar» la doble personalidad, por comportamiento dinámico, de nuestro protagonista.

En el capítulo de seguridad y confort, el 500 Abarth monta 7 airbag -”incluido el de rodillas para el conductor-”, control de tracción y estabilidad, frenos con ABS, TTC, climatizador, cierre centralizado y elevalunas eléctricos, amén del equipo de sonido integrado... ¿para qué? ¿no es mucho mejor escuchar la «musicalidad Abarth»? Sin duda...

La vuelta de la transformación Abarth a los catálogos del Fiat 500, trae aparejada una red específica de concesionarios en los que, además del coche, pueden adquirirse también -”como antaño en Juncosa-” elementos para la «preparación». Se abrirán nueve en España durante este año, el más cercano a nosotros el de Gijón («Automóviles Porceyo» 985-30 73 43) y también están previstos en Valencia, Canarias, Barcelona, Madrid, Sevilla y Vigo.

¿Quieren volver a revivir la magia «Competición-Cliente»? No lo duden... atrévanse y quítense algunos años de encima.

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