Los mineros aíslan el noroeste por tren con barricadas de fuego en las vías de Bembibre

Una doble muralla de humo negro taponó ayer por la tarde las comunicaciones ferroviarias entre el noroeste penínsular y la Meseta. El fuego ardió hasta que se hizo de noche en media docena de hogueras que convirtieron la estación de Bembibre en una trampa para doscientos viajeros de tres trenes, después de que los mineros de la empresa Alto Bierzo decidieran bloquear las vías a las 17.30 horas apilando montañas de neumáticos en dos barricadas y prendiendo fuego al caucho. Al cierre de esta edición, técnicos de la Administración de Infraestructuras Ferroviarias revisaban el estado de los raíles, una vez que el centenar de huelguistas que habían formado el piquete se retirara de la estación a las 20.15 horas. Renfe tenía previsto reanudar el paso de trenes a la una de la madrugada, aunque por precaución preparaba autobuses por si fuera necesario trasladar por carretera a los ocupantes de dos trenes hotel que de madrugada unen Galicia con Madrid y Barcelona.

Los mineros del grupo Viloria habían cobrado ayer la mitad de su nómina de julio. Medio salario no fue, sin embargo, suficiente para calmar los ánimos de unos trabajadores que por la mañana habían cortado la A-6 y la N-VI en los viaductos de Bembibre —mientras mineros de Alonso hacían lo mismo en Villamartín de la Abadía— y que saben que la nómina de septiembre, cuando la cobren, sufrirá el recorte de la huelga. «La gente no sabe en realidad lo que cobra un minero. Piensan que ingresamos tres mil euros al mes, pero hay mineros mileuristas, y ayudantes que viven con ochocientos euros», se quejaba, con la boca cubierta, uno de los piqueteros que tomaron la estación ferroviaria a media tarde y que sólo levantaron el corte al anochecer.

El tren Alvia entre Vigo y Barcelona fue el último que circuló con normalidad. Apenas cruzó la estación de Bembibre y los mineros de Viloria ya se estaban echando sobre las vías. El convoy procedente de Cataluña, que venía con retraso, ya tuvo que detenerse en Astorga al conocerse el corte, y sus ochenta viajeros, subirse en autobuses fletados por Renfe hasta su destino. La compañía tuvo además que contratar taxis para que se acercaran a la propia estación de trenes de Bembibre y recogieran a la decena de viajeros que aguardaba inútilmente en el andén. Otros dos trenes de media distancia entre Ponferrada y León y entre León y Vigo también se vieron afectados, junto con un mercancías.

Entre los más afectados se encontraba una familia de siete miembros, con tres niños pequeños correteando entre las maletas en el andén de Bembibre y el fuego a sus espaldas. «¿Tienes el teléfono de Renfe?», le preguntaba al periodista la abuela de los niños, transcurrida una hora y media desde el inicio del corte, cuando nada se sabía de los taxis y no había ninguna noticia de la compañía. Quizá desconocían que hace tiempo que nadie atiende la taquilla de la estación de Bembibre por las tardes.