Alfonso Guerra total

A Guerra no le hacía sombra en Rodiezmo ni el estruendo del air force one de Zapatero, cuando a mediodía surcaba los montes de la Tercia y pillaba al presidente de la fundación Pablo Iglesias en el uso de la palabra. Pasaron los tiempos de vacas gordas, se acabó el regreso al cole político en la montaña de León, se fueron los socialistas; pero Guerra sigue. Guerra asoma por Rodiezmo como un profeta. Ayer, instuctivo, más didáctico que nunca. Empeñado en que ninguno entre el gentío se dejara llevar por versiones inconvenientes sobre el voto del PSOE en la reforma de la Constitución. «La diferencia es que el PP lo hace para recortar derechos sociales y los socialistas lo hacemos porque es necesaria una reforma para que los mercados y los poderosos no arrasen el país». Habla Guerra y en Rodiezmo callan las chicharras. Y otra vez, desde el mismo púlpito del que prende la atención de la muchedumbre, el veterano diputado socialista, gurú del ala izquierda del PSOE, afila el puzón con el que ataca al rival. A la diestra. «Que no os vayan a confundir esos conservadores que dicen que ellos son la solución, que son la causa de la crisis, ellos y sus políticas conservadoras», alerta si acaso entre los presentes hubiera alguna intención de castigar al PSOE con un voto a Rajoy. «Los que hablan de que despilfarran los otros, pero no dicen nada de Madrid, de La Rioja o de Murcia, o del de los trajes». Y la siniestra. A Llamazares, que «quiso que valiera más su voto que el de 316 diputados en la reforma de la Constitución», dijo para taponar cualquier vía de agua hacia la izquierda de la izquierda.

Guerra en Rodiezmo siempre deja un espacio para el capital, los poderosos, las fuerzas que van a por el currante, estoico y atento en la pradera, bajo los pinos, como quien espera una instrucción, deberes hasta el próximo primeros de septiembre. «Han cambiado el eje del capitalismo; antes en las fábricas, en la producción; ahora se han dado cuenta que ganan más especulando y no hacen falta obreros». La hora de la arenga, siempre en el guión del guerrista, tiene un motivo próximo. El 20-N. El voto. «A despertar a la gente dormida. Es necesario que los socialistas ganemos las próximas elecciones, aunque sólo sea por ver la cara que se le queda a ese del PP que quiere ganarlas». Bulló la masa. «Quieren exterminar el socialismo. Y ahora hace más falta que nunca defenderlo; y el progresismo; por eso hacéis falta vosotros». Por eso a Guerra lo escuchan en Rodiezmo.