La Generalitat ve preconstitucionales las intenciones del ministro

La práctica totalidad de las formaciones catalanas, salvo el PP y Ciutadans, salieron ayer en tromba para descalificar las palabras del ministro de Educación, que situaron como más propias de épocas pretéritas de la dictadura franquista, cuando la enseñanza respondía a una estrategia de adoctrinamiento ideológico.

La encargada de fijar la posición del Gobierno catalán fue la consejera de Educación, Irene Rigau, quien mantiene un duro pulso con Juan Ignacio Wert por lo que ella califica de «ofensiva identitaria», en esta caso sobre los contenidos educativos y en otros anteriores por la política lingüística. «El Gobierno se quiere saltar el Estatut porque no sigue el modelo de escuela catalana, y eso no es constitucional, sino que es preconstitucional», expresó. Rigau, que hace una semana acusó a Wert de querer españolizar a los alumnos catalanes después de que trascendiera que el Ministerio de Educación estudia subvencionar a escuelas privadas que quieran tener el castellano como lengua vehicular, vio en las palabras del ministro una clara intención recentralizadora. «Es un clarísimo retroceso», remató. Para los socialistas catalanes, las declaraciones de Wert son una «barbaridad», que «demuestran que el PP quiere un España uniforme, homogénea y recentralizada» y por tanto «no entiende nada de lo que tiene que ser este país ahora y en el futuro», según expresó el primer secretario del PSC, Pere Navarro. Desde Iniciativa per Catalunya, Joan Herrera, las tildó de «salvajada» con un «lenguaje de otras épocas». Esquerra Republicana censuró la actitud «adoctrinadora y colonizadora» del ministro. Desde la entidad Escola en Català acusaron a Wert de «volver a los años negros del franquismo» cuando se impartía la «Formación del Espíritu Nacional».