«León no es mala ciudad para la bici»

Fernando Lanero se subió a la bici para ir al instituto Legio VII y desde entonces no se ha bajado. Son ya más de 20 años. «Vivía en El Crucero y me matrculé en el Legio VII. El primer día fui andando pero al día siguiente cogí la bici. Era el único», explica.

Y el único ha sido, durante mucho tiempo, en usar la bici en su centro de trabajo, el colegio PP. Agustinos, en la carretera de Alfageme, a donde se desplaza diariamente desde La Lastra, donde vive. «Ahora también vienen en bici algunos estudiantes, pero profesores, todavía soy el único».

Conoce bien Copenhague y Amsterdam, dos de las mecas de la bici en Europa, y cree que, por sus características, opina que «León no es una ciudad mala para la bici: lo peor es andar con lluvia; con el frío te abrigas y es más cómodo que andar en moto. Al no tomar velocidades tan elevadas, te enfrías menos».

«Amsterdam tiene la fama, pero donde se carda la lana con la bici de verdad es en Copenhague: urbanísticamente está muy bien y el respeto de los automovilistas hacia la bicicleta es exagerado», señala.

En León ve totalmente el viable el carril bici por toda la ciudad, echa en falta más aparcamientos en centros públicos y ve incoherentes carriles como el de Eras de Renueva que «te hace ir dando curvas y los peatones van andando por el carril». Tal y como están estas pistas prefiere ir por la calzada: «No es obligatorio ir por ellos y están fatal», lamenta.

En su caso no tiene problema porque utiliza el párking de autobuses del colegio donde trabaja. A lo largo de su vida ha gastado más de una docena de bicicletas y actualmente tiene en uso tres, ya que además de usarla como medio de transporte también practica deporte. «Una bicicleta se amortiza en dos meses», recalca.