Diario de León

EL PROBLEMA CATALÁN

Mas descarta que el portazo del Congreso frene el soberanismo

Los partidos que impulsan el derecho a decidir desean escuchar los matices del ‘no’

El presidente de la Generalitat, Artur Mas, en un acto celebrado ayer

El presidente de la Generalitat, Artur Mas, en un acto celebrado ayer

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COLPISA | BARCELONA

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A dos días de que el Congreso de los Diputados debata y rechace la petición del Parlamento catalán de que se le ceda la competencia estatal para poder convocar un referéndum secesionista, el presidente de la Generalitat afirmó que los partidos nacionales mayoritarios podrán oponerse a que Cataluña celebre su consulta, pero les advirtió de que el seguro portazo no frenará su hoja de ruta independentista. «No podrán detener la voluntad del pueblo de Cataluña», aseguró Artur Mas.

Las fuerzas soberanistas dan gran importancia al pleno de mañana, pero, en igual sentido, avisan de que, en contra de lo que esperan algunos miembros del Gobierno, el proceso ni acabará ni se modificará a la baja tras el serio revés en el Congreso. Mas y los partidos que impulsan el derecho a decidir dan por descontado el no de PP, PSOE y UPyD a la consulta catalana, pero tienen interés en escuchar el tono y los matices cuando lo digan. «Si nos dicen que no, dirán que no solo a una ley», reiteró Mas, que destacó que los tres representantes del Parlament viajan a Madrid a defender la propuesta con «voluntad de entendimiento» pese a que es consciente de que el pacto es casi imposible.

Las fuerzas soberanistas catalanas se toman el debate del martes como un trámite obligado que hay que superar para continuar el camino hacia el estado propio. Piensan especialmente en el largo plazo. En poder legitimar su posición futura si algún día deciden recurrir a la Unión Europea o a la ONU para exigir la consulta secesionista que se les niega. En que nadie les reproche que no han buscado el pacto y el acuerdo con el Gobierno español.

Los portavoces de CiU y Esquerra insisten en que el pulso político no cederá a partir del miércoles, una vez concluido el debate. En que su postura es firme, la apuesta por el estado propio decidida, y en que no se dejarán seducir por cantos de sirena.

La presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez Camacho, avanzó ayer que el Gobierno ofrecerá a Mas una oferta de diálogo, basada en una mejora del autogobierno y del modelo de financiación. Desde CiU y ERC salieron en tromba para responder que no aceptan cambios de cromos por renunciar a la consulta. Alfred Bosch, el portavoz de Esquerra en el Congreso, fue el más gráfico y dijo que Cataluña «no se venderá por un plato de lentejas». El objetivo de convergentes y republicanos es celebrar la consulta el 9 de noviembre y, si no es posible, convocar elecciones plebiscitarias. Si flaqueasen la Asamblea Nacional Catalana, el más poderoso ‘lobby’ independentista, les recordará con la presión en la calle que no permitirá el más mínimo desvío en la hoja de ruta.

Aunque las fuerzas soberanistas dan por supuesto el no del Congreso, Jordi Turull (CiU), Marta Rovira (Esquerra) y Joan Herrera (Iniciativa), los enviados del Parlament, pondrán toda la carne en el asador. Pretenden trasladar un mensaje positivo, quieren hacer pedagogía y defender que si Cataluña quiere votar es por una reivindicación de los principios democráticos, no porque tenga un proyecto contra España. En una intervención coordinada, tratarán de aclarar que Cataluña quiere votar y quiere expresarse en una consulta que no es el final de nada, pues al día siguiente nadie declarará la independencia. Al contrario, la ven como el inicio de un proceso cuyo resultado debería conllevar una reforma constitucional, sobre la que, entonces sí, decidirían todos los españoles.

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