La optimización de los recursos

Es obvio que el futuro no está escrito y también que resulta tarea complicada jugar a predecirlo, pero una cierta capacidad de leer el presente para prevenir el futuro se le presupone al hombre inteligente y precavido. La buena marcha del llamado bienestar social en el Bierzo en los próximos años vendrá dada por los recursos económicos que seamos capaces de generar, la participación activa en el trabajo de sus gentes y la buena gestión de los medios. En lo que respecta a la sanidad, tenemos algunos problemas estructurales que superar, tales como el envejecimiento de una parte numerosa de la población que necesita más servicios y atenciones médicas; el poco caso que la sociedad hace a las consignas de los organismos que cuidan la salud con avisos tales como el excesivo tabaquismo, la ‘cultura de la litrona’, la exaltación ociosa de las drogas, la obesidad infantil o adulta… que en el futuro siempre se pagan caro.

Es normal que las administraciones lleven a cabo tareas de prevención que incluyan vacunaciones colectivas o puntuales exploraciones para la captación temprana del cáncer, el alzheimer u otras enfermedades terminales o crónicas. Eso requiere recursos y una buena gestión sanitaria que pasa por administrar bien y, entre otras cosas, cerrar camas cuando no se usan. Una de las claves para mantener una atención sanitaria de calidad ante un futuro en el que van a ser pocos los que aportan a la Seguridad Social y muchos los que la necesitan, es la buena gestión de los recursos. Que no es recortar sino administrar bien. Atender adecuadamente a los enfermos que requieren paliativos o tratamiento del dolor, porque hay que ayudarles a pasar a la otra orilla con dignidad, incluyendo el cumplimiento del cuarto mandamiento cuando esto pueda hacerse en el propio domicilio debidamente ayudado, y seguir controlando el gasto farmacéutico también es necesario.

El Bierzo necesita coordinar más y mejor los recursos sanitarios haciendo desaparecer esas luchas intestinas muchas veces fomentadas desde una carga ideológica o sindical que al final perjudica a las gentes más sencillas. También la sanidad privada crea puestos de trabajo y genera servicios. Lo importante es que cada uno haga bien las cosas que sabe hacer y si, además lo hace más barato, sin bajar la calidad, mejor. Mientras uno atiende tareas cotidianas más económicamente, el otro puede llevar a cabo grandes operaciones, pero ambos deben optimizarse y estar al servicio de un futuro mejor.