Diario de León

«Fascista», «golpista» y un escupitajo

El Congreso vive su sesión más bochornosa en años por la que Sánchez pide perdón Ana Pastor expulsa. al diputado de ERC Gabriel Rufián y llevará a la Mesa del Congreso la presunta agresión al ministro Borrell.

Rufián pasa ante Borrell al abandonar el hemiciclo. JAVIER LIZÓN

Rufián pasa ante Borrell al abandonar el hemiciclo. JAVIER LIZÓN

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MARÍA EUGENIA ALONSO | MADRID

«No voy a permitir que cosas como las que han ocurrido esta mañana se repitan». La presidenta del Congreso, Ana Pastor, intentó poner ayer orden en el hemiciclo, en una sesión de control al Gobierno descontrolada por algunos diputados. La bronca que protagonizó el parlamentario de Esquerra Gabriel Rufián con el ministro de Exteriores, Josep Borrell, acabó con el primero expulsado de la Cámara y el segundo denunciando que había recibido un escupitajo. Un espectáculo bochornoso por el que Pastor abroncó a todos y que llevó al presidente del Gobierno a pedir disculpas y exigir a sus señorías que bajen el telón del ‘show’ de los miércoles.

El debate político va en aumento. El pleno de control al Gobierno de esta semana comenzó con un primer encontronazo a cuenta de la renovación del Poder Judicial, continuó con otro rifirrafe entre la vicepresidenta Carmen Calvo y el portavoz de Ciudadanos, Juan Carlos Girauta, por el «reparto de cromos» entre PP y PSOE y terminó con el cuerpo a cuerpo entre Rufián y Borrell.

Eran las 9.45 horas cuando el diputado republicano se levantó en su escaño para formular su pregunta de la sesión de control, la séptima de la mañana, al titular de Exteriores. Esta vez no hubo esposas ni máquinas de escribir ni camisetas extravagantes. El parlamentario independentista utilizó su verborrea histriónica para cargar contra Borrell. En apenas un par de minutos le tildó de «fascista», «racista», «indigno» y «hooligan». Hasta le acusó de pertenecer a Sociedad Civil Catalana, una organización, a su entender, «de extrema derecha». Se veía que Borrell es una de las ‘bichas’ del soberanismo.

«Una vez más ha vertido usted sobre el hemiciclo esa mezcla de serrín y estiércol que es lo único que usted es capaz de producir», atizó directo el jefe de la diplomacia entre los aplausos cerrados de los socialistas pero también de las bancadas del PP y Ciudadanos. El representante republicano se revolvió en su escaño y su cólera fue en aumento interrumpiendo continuamente a Borrell al grito de «vergüenza» y poniéndose en pie mientras saludaba como un militar o señalaba con el dedo al banco azul del Gobierno. Acabó con la paciencia de la presidenta, Ana Pastor, que ante la inutilidad de sus reiteradas llamadas al orden, lo expulsó del Congreso. Algo que es muy poco habitual, aunque sí tiene algún precedente. El socialista Manuel Marín expulsó al diputado del PP Vicente Martínez-Pujalte en 2006 tras una bronca monumental con el portavoz del PSOE de la época.

UN VAR EN EL CONGRESO

Rufián no rechistó y enfiló la salida seguido por sus compañeros de partido. En ese momento, según la versión de Borrell, el diputado Jordi Salvador pasó al lado del ministro y le lanzó un escupitajo. El acusado lo niega y, como si de un partido de fútbol se tratase, el VAR entró en escena. Desde Esquerra pidieron a los servicios de la Cámara que facilitasen a los medios de comunicación las imágenes de la sesión de control para desmontar las acusaciones vertidas contra su diputado. «No voy a hacer una anatomía del escupitajo», se limitó a responder el ministro de Exteriores, que no rectificó su versión mientras sus compañeros se ponían de perfil e incluso alguno rebajó el incidente a un «ademán de escupir».

Pero es difícil ejercer de arbitro en este partido. Por más que se revisen las vídeos y se analicen las imágenes desde todos los ángulos del hemiciclo lo único que se ve es un leve giro de cabeza, una mueca en la boca de Salvador y, a continuación, a un Borrell indignado señalando con el dedo al republicano. «Jamás escupiría a nadie. No soy así», se defendió el diputado acusado. Desde Esquerra insisten en que a esa distancia tan corta un escupitajo «se nota y se siente». Pero el que fuera presidente del Parlamento Europeo se mantiene en sus trece. «El hemiciclo es el lugar donde se argumenta con la palabra no donde se escupe a los diputados», zanjó.

Borrell recibió horas después la solidaridad del presidente del Gobiernos, que advirtió a todos los diputados que no hay nada más peligroso para una democracia que la desafección ciudadana ante sus representantes e instituciones, «y lo sucedido —argumentó Pedro Sánchez— camina en esa dirección».

A falta de la revisión fotograma a fotograma de las imágenes VAR, la Mesa del Congreso estudiará si puede sancionar a Salvador por la denuncia del titular de Exteriores. Aunque Pastor no vio el gesto, llevará el incidente a la próxima reunión del órgano rector de la Cámara, pero, saturada con el nivel de agresiones verbales que se utiliza en el hemiciclo, avisó con la voz temblorosa por el enfado: «La palabra no se puede utilizar para insultar».

Anunció que ordenará borrar las palabras «golpista» o «fascista» del Diario de Sesiones, tan recurrentes en los últimos tiempos entre sus señorías. Una decisión que no ha gustado ni a Ciudadanos ni al PP, que no creen que llamar «golpista» a los secesionistas catalanes sea ningún insulto, e intentarán que Pastor revise su decisión.

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