Diario de León

La naturaleza se gana la urbe

El gavilán va a la oficina en pandemia

Los animales salvajes han perdido el miedo y se adentran cada vez más en los grandes núcleos poblacionales, como Ponferrada, en donde a jabalíes o corzos se han unido aves rapaces como la fotografiada en el Edificio Minero

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León

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Es la imagen de una alegoría de esta pandemia que nos tiene recluidos en casa desde hace hoy domingo 43 días. Naturaleza y Justicia. Nunca, o quizá contadas veces, se había visto un gavilán posado en la barandilla de uno de los inmuebles de oficinas más administrativos de Ponferrada, el Edificio Minero, sede del Consejo Comarcal del Bierzo y de oficinas. Este ave salvaje de presa, en su estado natural, es poco dada a acercarse a las personas. Lo hace cuando las condiciones le son favorables. Es decir, cuando no hay personas.

«Fueron entre cuatro y cinco minutos intensos de felicidad». Lo dice el único ponferradino que tuvo la oportunidad de ver al gavilán a un palmo de su nariz tras el cristal opaco, una de las personas que trabaja en el citado Edificio Minero.

Sucedió a media mañana, cuando este abogado estaba asomado al gran ventanal, revisando papeles de trabajo atrasado de los juzgados en días de confinamiento.

En Ancares o Fornela los vecinos ven en ocasiones cerca el oso en estos días de confinamiento

De repente, como surgido de la nada ante el silencio de las calles vacías de transeúntes y coches, se posó frente a él un imponente gavilán; atento a todo lo que se movía, muy curioso, pero a la vez confiado por sentirse realmente solo. El lugar donde se posó es zona de picoteo de palomas, no de ratones, donde antes de la pandemia correteaban en el parque infantil los pequeños y sus mamás disfrutaban de la terraza de la cafetería Museo.

Allí estuvo el gavilán, tras el cristal tintado del edificio, como si quisiera mirar los expedientes apilados frente a la ventana del abogado. Fue en efecto, –cuenta este conocido profesional, que prefiere no dar su nombre– como si el ave rapaz estuviera muy interesada en lo que sucedía dentro de la oficina. «¡Y vaya que sucedía!», exclama aún sorprendido el letrado para esta crónica del periódico de domingo.

El gavilán giró varias veces la cabeza, quizá viéndose reflejado como espejo en el gran ventanal que dibuja el inmueble de oficinas. Allí estuvo todo ese tiempo, como escudriñando, preocupado por algo que no llegaba a entender. Unos días antes de esta visita, ni se le hubiera ocurrido asomar su pico por Ponferrada, ante tanto barullo levantado por coches y personas.

Después de permanecer en el borde de la barandilla encaramado casi cinco minutos, finalmente el gavilán pegó media vuelta y se fue volando con elegancia hacia al monte Pajariel, en silencio, en dirección contraria a la ventana donde se veía reflejado.

Quien lo vio recuerda que se quedó absorto, impresionado, sin palabras del momento vivido. Y decidió enviarme estas fotos del gavilán berciano que le vino a ver a la oficina, para compartirlas con el resto de los lectores de este periódico que permanecen confinados en casa.

AMPLIA FAUNA

Las calles y zonas verdes de Ponferrada se ven ahora más pobladas de pájaros en esta larga cuarentena. No hay más que abrir las ventanas, fijarse y escuchar. Pero no sólo son aves, también una variada fauna autóctona que puebla los montes del Bierzo y que ahora se acercan más a la ciudad y a los pueblos.

En Ponferrada, la Policía y los Bomberos han sido partícipes estos días de la presencia de animales. Son varios los vecinos que han llamado para avisar de la presencia de jabalíes por las calles. Por ejemplo, se han visto cerca del castillo y la iglesia de San Andrés, en pleno casco histórico o cerca del puente del Centenario. También se han acercado al asfalto y al verde de la ciudad animales como corzos. Ahora tienen más espacio y no les asusta tanto ruido. Con todo, corzos y jabalíes, solían ya pasearse relativamente cerca de las casas antes de la pandemia y el confinamiento.

De hecho, no hace mucho, antes de estas circunstancias especiales, los bomberos tenían que rescatar por ejemplo un corzo atrapado en las rejas de entrada a una finca de Columbrianos. También han existido casos en los que las infraestructuras urbanas han causado o se han convertido en verdaderas trampas para animales. Como ejemplo, llega con citar lo ocurrido en noviembre de 2015, en San Román de Bembibre, cuando una manada de jabalíes pereció al intentar cruzar una presa de agua. Sea como fuere, nunca antes se habían visto tanta fauna salvaje en Ponferrada. Lo confirman en pueblos de Ancares o Fornela con los osos.

Un jabalí fotografiado por la Policía de Ponferrada esta semana. DL

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