Un cierre que dura 50 días
El Musac quiere amortizar su exposición invisible
El museo se plantea prorrogar hasta otoño la muestra con la que celebra sus quince años, que solo estuvo abierta al público mes y medio
Manuel Olveira, director del Musac, junto a algunas de las obras que se exponen ahora en un museo vacío. RAMIRO
Tan apocalíptico como el paisaje urbano deshabitado resulta un museo vacío. El Musac cumple hoy 50 días de cierre forzoso. Si se respetara la agenda, el 20 de junio el centro de arte contemporáneo de Eras de Renueva daría paso a una nueva temporada expositiva, sin que la actual, con la que conmemora sus quince años de historia, hubiera estado en cartel el tiempo suficiente para llevar a cabo todas las actividades paralelas programadas.
El director del Musac, Manuel Olveira, considera que Cinco itinerarios con un punto de vista. Colección Musac «no ha sido amortizada». La muestra que rescata obras emblemáticas de los fondos del museo, concebida como el proyecto más importante del quince aniversario del museo, apenas estuvo abierta al público mes y medio.
En teoría, según los planes de ‘desescalada’ del confinamiento previstos por el Gobierno, el museo leonés podría reabrir sus puertas el 11 de mayo. Falta la decisión de la Junta, que tiene la última palabra. Pero ni siquiera las grandes pinacotecas del país, como el Museo del Prado, el Reina Sofía o el Thyssen, abrirán en esa fecha. «Yo tampoco creo que sea factible», confiesa Olveira, inmerso actualmente en la elaboración de un informe para abordar cuestiones como la seguridad de los visitantes y los trabajadores del museo o la desinfección del edificio.
En el aire
El 20 de junio esta previsto ‘remodelar’ el museo con El vuelo, de Paloma Navares, entre otras exposiciones. «Pero no sabemos cuándo podremos transportar esas obras ni si podremos hacer inauguración», explica Olveira.
Sus planes pasan por mantener la actual colectiva hasta otoño e, incluso, hasta enero. Hacer proyectos, como ha demostrado la pandemia, es ciencia ficción. «Hay que manejar varios escenarios, tanto otoño como enero, y así lo hemos hablado con los comisarios y con los artistas».
Un museo virtual
De momento, el Musac ha suplido la ausencia de visitantes físicos con un aumento de espectadores online. Las búsquedas en las webs del museo se han disparado y el crecimiento en las redes sociales ha sido vertiginoso. «Los ciudadanos han tenido tiempo y han podido hacer uso de estos recursos», explica Olveira, quien admite que ha supuesto un gran esfuerzo trasladar el trabajo a internet. «Esa parte la tendremos que continuar. El Musac es un nativo digital y, gracias a ello, disponemos de muchas actividades grabadas».
El Musac es un espacio de 3.400 metros cuadrados que ahora parecen inmensos. Olveira tiene claro que «tenemos que readecuarnos a una realidad que va a ser diferente». No será difícil mantener la distancia de seguridad de dos metros, pero hay otras muchas cuestiones que, a diez días de la reapertura, están por resolver.
Además de prorrogar la actual exposición, Olveira pretende recuperar todas las actividades paralelas en torno a ella que no se han realizado.
Proyectos pendientes
Cuestión diferente es la programación veraniega del Musac, un clásico en la ciudad. Los conciertos y el cine al aire libre en el patio del museo está aún más en el aire.
En junio, además de la exposición de Navares, estaban previstas otras tres: Tráfico de Arte. Galería, ciudad y periferia; Intervalo lúcido. Consciencias del espacio, de Ana Frechilla; y Núñez & Núñez, en Proyecto Vitrinas. Y en octubre, otras tres: Ana Prada. Todo es otro, una exposición dedicada a José-Miguel Ullán y Arquitecturas prematuras, con la disparada ciudad de León que diseñó a principios de los 90 el artista Valcárcel Medina, donde proponía una discoteca para perros y un parque de atracciones movidas por el viento.