Las tropas aliadas avanzan pero sin controlar el territorio

El cerco de los invasores se cierra sobre la capital: mientras miles de soldados estadounidenses y británicos siguieron llegando para sumarse a las tropas que ya están en los extremos suroeste y sureste de la capital, el Pentágono aseguró ayer que varias de sus tropas también se estaban posicionando al norte y noroeste de la ciudad. No es el único frente abierto en este guerra. En la ciudad de Suwayra, a unos 50 kilómetros de Bagdad, fueron tomados los cuarteles generales de la División Medina de la Guardia Republicana, lo que representa una nueva señal del dominio creciente de los invasores sobre el territorio iraquí. Dos unidades de tanques y una de infantería entraron en la base y se apoderaron de ella sin oposición alguna, lo que indicaba que las otrora temidas tropas de elite de Sadam se habían desmembrado. Dos marines murieron en el centro de Irak cuando se estrelló su helicóptero Super Cobra a consecuencia de un fallo mecánico. Por otro lado, el Pentágono confirmó que los nueve cadáveres encontrados el miércoles durante la operación de rescate de la prisionera Jessica Lynch eran los de sus compañeros que fueron emboscados por las tropas iraquíes. Avance kurdo En el sur del país, dos aviones de los aliados bombardearon en Basora la residencia del comandante militar de la zona sur de Irak, Ali Hassan al Majid. Majid es primo de Sadam y es conocido como «el químico Alí» por ser el que ordenó en 1988 la utilización de armas químicas sobre la población kurda del norte del país. La milicia kurda, con el apoyo de las fuerzas especiales estadounidenses, consolidó sus posiciones en Khazaz, a unos 30 kilómetros al este de la ciudad de Mosul, uno de los objetivos de la campaña militar en el norte de Irak Alrededor de 300 guerreros kurdos aseguraron los accesos a tres pequeñas aldeas situadas al otro lado el puente de Manquba, y desalojadas días antes de que el jueves las tropas iraquíes intentaran detener el avance de la milicia.