Diario de León

Hipermercados y libreros se disputan en septiembre una «tarta» superior a mil millones de las antiguas pesetas

Las ventas de libros de texto moverán este año más de siete millones de euros

Los complementos deportivos, ropa y material de papelería suman una cifra similar

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Antonio Núñez - león
León

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Las familias de 68.000 alumnos leoneses educación infantil, primaria, secundaria, bachillerato y formación profesional tendrán que desembolsar en septiembre más de siete millones de euros en libros de texto, a los que se añade una cifra similar en material escolar complementario, ropa y uniformes en el caso de algunos colegios privados, chandals y material deportivo, etcétera. La «tarta» se la repartirán en septiembre apenas media docena de editoriales, tres hipermercados o grandes superficies comerciales y medio centenar de las viejas librerías convencionales. El negocio de libros de texto con sus correspondientes añadidos tiene una clientela fija que la propia Administración cifra en 10.600 alumnos de educación infantil, 22.600 de primaria, 20.000 de secundaria, otros 8.500 de bachillerato y aproximadamente 6.000 de formación profesional, lo que garantiza un suculento negocio a una media de quince a veinte euros por libro, al margen de otros gastos. Las familias hacen cola desde julio para encargar la mercancía, con reservas que se han formalizado en un 35% en julio, y otro 50% en agosto, según fuentes de las grandes superficies: al final los libros se retirarán en septiembre, justo después de las vacaciones, mediante pago aplazado o a través de tarjetas de crédito en la mitad de los casos a una media de 300 euros por alumno. Según las mismas fuentes, sólo los libros de texto vienen a costar 70 euros por alumnos en educación infantil, 100 en primaria, 120 en secundaria y 150 en bachillerato y formación profesional, a los que hay que añadir otros equipamientos como la clásica mochila (alrededor de 30 euros) y ropa, uniformes y chandals (180 euros de media) y «varios» de papelería (carpeta, bolígrafos, etcétera, por 36 euros más). Por último, los zapatos y el calzado deportivo suman entre 25 y 40 euros adicionales. Las grandes superficies aseguran controlar las tres cuartas partes de la cuota de mercado, en tanto que los libreros convencionales y las pequeñas empresas aseguran que debe invertirse esta estimación. Ninguno, sin embargo, da más cifras concretas de su propio negocio que las que puedan deducirse de multiplicar el coste medio de los precios por el número de alumnos para el conjunto de la provincia. Cuando se les hace ver lo abultado de las cifras de ventas para las economías familiares unos y otros se apresuran, sin embargo, a advertir que deben ser rebajadas por las razones más dispares: desde libros que se heredan de hermanos mayores a menores hasta mercadillos donde pueden adquirise de segunda mano. Algunos libreros cifran esta merma hasta en un 20% de la teórica cifra de demanda total. En la disputa por el mercado de los libros de texto no hay más límites a la competencia entre libreros e hipermercados que los descuentos, entre el 12% y el 25% que impone la actual normativa. Se supone que por encima de este último porcentaje cualquier oferta equivale a vender a precios inferiores a los costes (el margen comercial de las librerías está prefijado presisamente en el 25%), por lo que cualquier oferta de este tipo sería sancionada con duras multas. Situaciones como ésta suelen resolverse en las grandes superficies mediante complejas técnicas de marketing, que incluyen desde regalos hasta descuentos en otros productos de gran demanda juvenil, en tanto que las librerías convencionales se aferran a la garantía del trato personalizado que da a su clientela «de toda la vida», con la que el trato es diario y no sólo de campaña de septiembre a septiembre. Los pequeños libreros dicen estar seguros de poder sobrevivir con sus negocios familiares, de los que la venta de libros de texto no suele representar más allá del 20% de la facturación anual, contando también con las tarjetas de crédito, que permite a sus clientes fraccionar los pagos a medida de cada banco o, incluso, financiándoselos ellos mismos a los más conocidos. En general, se limitan a prever cada comienzo de curso la demanda de material escolar partiendo de las necesidades de los centros escolares más próximos, que raramente fallan. La Asociación Provincial de Libreros agrupa en la provincia a un centenar de profesionales, de los que aproximadamente la mitad mantienen todavía como parte de su actividad la comercialización de productos escolares. El negocio de los libros de texto a nivel nacional se sitúa, a precios finales de venta al público, en torno a cien mil millones de las desaparecidas pesetas, del que León participa en algo más del 1%, proporcional al censo de población de la provincia.

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