Dos estilos de fontanería

El cambio de candidato en el PP no ha supuesto sólo una nueca cara en el cartel. Rajoy ha impuesto pocos cambios, pero muy significativos. El mayor, entregar la conducción de la campaña a Gabriel Elorriaga, un antiguo fontanero de Moncloa caracterizado por su gran preparación, su discreción y su talante moderado y dialogante. Ese perfil, similar al de Rajoy, ha dado como resultado una campaña centrada en propuestas, que huye de la refriega dialéctica y del cara a cara. Elorriaga tiene la total confianza de Rajoy, que le reserva una importante función en caso de llegar al Gobierno. Esa influencia y ese poder son los que están siendo puestos en duda, entre otros, por otro fontanero con mucho poder con el que Elorriaga ha trabajado codo con codo muchos años: Carlos Aragonés. El jefe de Gabinete de Aznar necesita ubicarse en el organigrama del PP ahora que su mentor político se retira. Y de ahí sus últimas intervenciones públicas, inéditas en su carrera política. Aragonés cree que el estilo agresivo que llevó al PP a la mayoría absoluta debe repetirse. Elorriaga cuenta sin embargo con otro aliado. El gurú de las encuestas que siempre asesoró a Aznar, Pedro Arriola, también recomienda prudencia en esta ocasión. Las diferencias entre Aragonés y Elorriaga reflejan los matices entre Aznar y Rajoy. Pero, como señaló ayer Elorriaga, se trata más de una cuestión de estilo que ideológica. De lo que no cabe duda es de que el cambio introducido por Rajoy es voluntario, estudiado y marcado por las circunstancias. A quienes le reprochan el haber modificado el estilo de campaña del PP, Rajoy puede contestarles que no está traicionando al director de la campaña del 2000 al que conoce muy bien. Fue él mismo. El director de la campaña del PP y de su programa electoral, Gabriel Elorriaga, calificó el resultado de la Convención del PP de «completo éxito», y restó importancia a las palabras de José María Aznar y que Aznar y Rajoy tienen identidad de criterios sobre «los mensajes de fondo». Elorriaga argumentó que ahora y en campaña después, tanto Rajoy como Aznar van a dar la imagen que «cada uno tiene, no vamos a hacer imposturas».