Diario de León

Bush pide a la ONU que «haga más» por Irak y que apoye su política antiterrorista

El presidente Bush, durante su discurso ante la Asamblea General

El presidente Bush, durante su discurso ante la Asamblea General

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b.c.| nueva york
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El presidente George W. Bush defendió la guerra en Irak ante el escepticismo de los líderes mundiales, a los que pidió su apoyo para que el país árabe se convierta en una democracia, y prometió no ceder ante la insurgencia. En su discurso ante la Asam-blea General, con el año electoral como trasfondo, Bush no se disculpó de su decisión de invadir Irak sin el respaldo del Consejo de Seguridad, sobre la base de que el país poseía un arsenal de armas de destrucción masiva, del que evitó hablar. De hecho, recordó que Estados Unidos llevó cabo la amenaza de «serias consecuencias» contra Irak si desobedecía las resoluciones de la ONU, tal como acordó el organismo en una resolución aprobada unánimemente antes de la guerra. «Los compromisos que hacemos deben tener significado», dijo. Aunque no empleo el argumento de las armas, si reiteró que había liberado al pueblo iraquí de un «dictador forajido». Bush citó la presencia del primer ministro interino Iyad Alawi, entre los líderes presentes en la sesión, como ejemplo de un nuevo Irak de camino a la democracia, junto con el Afganistán postalibán. «La ONU y sus países miembros deben responder a la solicitud del primer ministro Alawi, y hacer más para ayudar a construir un Irak que sea seguro, democrático, federal y libre», dijo. Bush predijo más violencia en los días previos a las elecciones en Irak y Afganistán, pero apuntó que «la respuesta apropiada a la dificultad no es retirarse, es vencer». «Las dificultades no harán temblar nuestra convicción de que el futuro de Afganistán e Irak es un futuro de libertad. , dijo. No obstante, reconoció que la violencia sigue siendo un grave problema en Irak y aludió en particular a la decapitación del estadounidense Eugene Armstrong. El mandatario presentó el conflicto en Irak como un momento de oportunidad para transformar Oriente Medio y desafío a Ariel Sharon al pedirle que congele los asentamientos judíos y a poner fin a las «humillaciones diarias» de los palestinos, al tiempo que exigió a estos el fin del apoyo a los terroristas y a apartar a los líderes «que no sirven a su pueblo y traicionan a su causa», en clara alusión a Yaser Arafat. El presidente norteamericano sólo recibió leves aplausos de compromiso al final de su discurso ante la Asamblea.

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