Gersul promete enterrar sus 330.000 toneladas de basura antes de fin de año

La Diputación ha encargado un estudio para dar antes de fin de año una salida definitiva a las 330.000 toneladas de basura, almacenadas en balas de plástico de casi una tonelada cada una desde hace cinco años en las localidades de Trobajo del Cerecero, Ferral del Bernesga y Santa María del Páramo. Todos los residuos, que pueden contemplarse aplicados desde las carreteras, como montañas de bolsas de plástico, deberían haber sido retirados el pasado mes de septiembre y trasladados al nuevo CTR de San Román de la Vega, en las proximidades de Astorga, pero lo abultado de su volumen y el elevado grado de putrefacción de su contenido, después de varios veranos, lo hacen inviable. Según el diputado responsable del consorcio para la gestión de los residuos (Gersul), Cipriano Elías Martínez, la Diputación baraja varias soluciones para dar una salida a los basureros, todos al aire libre y con grave riesgo medioambiental, «pero necesitamos tiempo para decidir y hacerlas públicas, problablemente en un plazo de dos o tres meses, porque lo que está claro es que el problema no puede durar más allá de este año»». Una incógnita Según el mismo diputado, aún es pronto para hacer públicas las opciones que se barajan, «hasta que todo esté decidido, porque cualquier cosa relacionada con vertederos genera protestas sociales, no pocas veces politizadas e interesadas, una situación por la que ya hemos pasado». A la pregunta de si la solución podría ser el traslado y enterramiento en otros lugares, como minas a cielo abierto dentro o fuera de la provincia, o su incineración, igualmente dentro o fuera de los límites provinciales, Cipriano Elías prefiere no pronunciarse. «Todo eso que se ha dicho son meras especulaciones y yo no voy a decir ahora ni que sí ni que no, sino que lo vamos a arreglar antes de que acabe el año, entre otras cosas porque le está costantdo mucho dinero a la Diputación pagar a los pueblos para mantener las balas de basura donde están». «Puede haber otras alternativas», se añade, «pero la cuestión es decidir la más idónea». Lo que está totalmente descartado es llevarlas al vaso del CTR de San Román de la Vega, como estaba previsto en un principio, tanto por su elevado volumen como por la dificultar del traslado, tratamiento y reciclaje. Se trata, según el diputado, de basura almacenada durante demasiado tiempo y difícil de recuperar, incluso para abono o compostaje de uso agrícola, porque una parte de las balas o fardos han podido romperte y su contenido ha permentado con el paso del tiempo, dando lugar a subproductos aún más contaminantes y peligrosos, como lixiviados (líquidos) o gases (metano). El secreto de las pruebas que se están realizando para decidir el destino más adecuado de la basura es total y los encargados de resolver el problema piden un último margen de pocos meses antes de hacer públicas las conclusiones después de cinco años de espera. Imposible reciclaje La putrefacci ón de las balas de basura hace inviable su reciclado, incluso para abonos agrícolas, según los resaponsables de la Diputación.