Diario de León

Las cargas contra los cortes de carreteras se saldaron ayer con un minero y un agente heridos, y un retenido en Bembibre | Crónica | Tornillos contra pelotas de goma |

Los mineros recrudecen sus protestas pese a la convocatoria de negociación Batalla callejera en Bembibre Universitarias buscando setas y policías al rescate

Los sindicatos mantendrán el encierro en Madrid hasta la reunión del lunes co

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María Jesús Muñiz Carlos Fidalgo/ M. A. Cebrones - león bembibre c. f. c. | ponferrada
Ponferrada

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Los cortes de carretera que en la primera jornada de huelga se habían saldado prácticamente sin incidentes tuvieron ayer, último día de protesta convocado esta semana, un carácter más radical, que llevó a trabajadores y fuerzas antidisturbios a mantener varios enfrentamientos. Las refriegas se saldaron finalmente con un minero herido en La Robla, al ser alcanzado en la cara por una pelota de goma de las fuerzas de seguridad; y con un agente de la Guardia Civil herido en San Román de Bembibre, que anoche era atendido en el Hospital de Ponferrada de las lesiones que le produjo en un ojo un tornillo lanzado por los manifestantes. En esta localidad berciana fue retenido e identificado por los agentes un minero, lo que provocó que centenares de trabajadores rodearan el cuartel de la Guardia Civil, hasta que finalmente fue puesto en libertad. Los cortes de carretera se iniciaron desde primera hora de la mañana de ayer, en los mismos puntos donde se había interrumpido el tráfico un día antes. Neumáticos y barricadas cortaron la circulación en la A-6 y la N-VI, a la altura de Bembibre; así como de la A-66 y la N-630 en La Magdalena y La Robla. Mientras los cortes en la autopista León-Asturias se levantaron sin incidentes, en los otros puntos las fueras antidisturbios llevaron a cabo varias cargas con pelotas de goma y botes de humo, para dispersar a los manifestantes. Las carreras se trasladaron después a las localidades de San Román de Bembibre y al centro de La Robla. Por la tarde un grupo de mineros cortó de nuevo la comunicación con Galicia a la altura de Villamartín de la Abadía. Poco antes los mineros cruzaron en la autovía dos camiones, que fueron rápidamente retirados; y durante toda la tarde intentaron interrumpir de nuevo el tráfico. El recrudecimiento de las protestas llegaba justo cuando el ministro de Industria convocada a los sindicatos de nuevo a la Mesa del Carbón para el próximo lunes; si bien durante todo el día se difundieron mensajes que fueron durante criticados por los representantes sindicales. El Gobierno dio a conocer ayer datos como la inversión realizada en la minería del carbón entre 1998 y este año (periodo de vigencia del actual Plan del Carbón), que asciende a 11.694 millones de euros; y desveló también que los Presupuestos Generales del Estado para el 2006 destinarán a la minería diez veces más que al plan de fomento de energías renovables, por ejemplo. Un dato que irritaba a los sindicatos, que criticaron la confusión que, desde su punto de vista, trata de provocar la Administración en la opinión pública respecto a las demandas del sector. Los ocho negociadores por parte de los sindicatos mantendrán durante todo el fin de semana el encierro que protagonizan en la planta octava del Ministerio de Industria, y confían en que Montilla les presente una propuesta que permita avanzar en la negociación. Protestas y llamamientos Los mineros trasladaron también ayer de nuevo su protesta al centro de León, donde a parte de concentrarse ante la Subdelegación del Gobierno recorrieron varias calles céntricas de la ciudad, interrumpiendo también aquí el tráfico. Esta movilización se produjo sin incidentes. Por otro lado, un corte de autopista conjunto entre los mineros de las cuencas leonesas y asturias a la altura de Caldas de Luna debía haber sido uno de los protagonistas de las movilizaciones llevadas a cabo ayer en el sector del carbón. Alrededor de 150 trabajadores leoneses llegaron a media mañana al punto pactado, pero finalmente los asturianos no pudieron pasar a León. Los cortes de carretera que ellos mismos realizaron en Asturias impidieron que las fuerzas del orden les permitieran pasar a León, por lo que la significativa protesta tuvo que ser aplazada para otro momento. Mientras, tanto desde UGT como desde CC.OO. se llamaba ayer a los trabajadores a un ejercicio de serenidad en los próximos días. Los trabajadores deberían volver al trabajo a partir de las 00.00 horas de hoy, ya que no están convocados a movilizarse de nuevo hasta el próximo martes, con otras 48 horas de protesta. Habrá que ver el resultado de la negociación del lunes para saber si las movilizaciones continúan las próximas semanas. Vuelan tornillos, bombas de palenque de trayectoria impredecible, piedras y rodamientos. Y el cielo de San Román de Bembibre se llena de humo. La munición que emplean los mineros desalojados de la Autovía del Noroeste hacia las calles de la población vecina a Bembibre es tan variada que más de uno se atreve a arrojar canicas de colores con tirachinas cuando no encuentra otra cosa mejor a mano para responder a las pelotas de goma y los botes de humo de las fuerzas antidisturbios, parapetadas detrás de una barricada de contenedores de basura, al otro lado del puente sobre el río Noceda, para defender la carretera. Medio millar de mineros había comenzado el día haciéndole un nudo a las comunicaciones por carretera entre León y Galicia en Bembibre y lo terminaron ante las puertas del cuartel de la Guardia Civil de la localidad, presionando a los agentes hasta lograr la liberación de un compañero retenido sólo unos minutos después de que un miembro de las fuerzas antidisturbios resultara herido en un ojo por el impacto de uno de los tornillos voladores. Los suburbios de Bembibre fueron ayer escenario de una nueva batalla de piedras contra balas de goma que se fue recrudeciendo según se hacía de noche, que tuvo momentos de distensión, como la tregua negociada para comer, o los pescozones de las fuerzas del orden a los adolescentes que les lanzaban piedras entre los mineros, y que acabó con el agente herido, los nervios soliviantados, el amago de amotinamiento ante el cuartel y la promesa de una noche de disturbios que abortó la liberación del retenido. Los mineros habían cortado la A-6 a la altura del kilómetro 370 a las 10.15 horas, hasta que los antidisturbios los echaron a la carrera de la carretera poco antes de la una de la tarde. Además de la autovía, la N-VI y las carreteras secundarias entre Bembibre y Ponferrada permencieron cortadas por barricadas de mineros. Muchos conductores estaban sobre aviso. Si el jueves, las colas llegaron a ser de 11 kilómetros en ambos sentidos, ayer el número de automovilistas atrapados se redujo a más de la mitad. Después de ser desalojados, un piquete se desplazaba hasta Villamartín de la Abadía, para cortar de nuevo la A-6 más cerca de Galicia. A media tarde, los antidisturbios también levantan el corte y el intercambio de piedras y pelotas se endurecía en Bembibre. Javier Escanciano pensaba que lo peor había pasado cuando vio venir la avalancha de mineros por la carretera de San Román, huyendo de la carga de los antidisturbios. Cargado con despojos cárnicos, llevaba casi tres horas atrapado y aún tuvo que aguardar una hora y media más, con su camión atravesado en mitad de la carretera, porque los mineros se llevaron sus llaves y dejaron el vehículo en tierra de nadie, a merced de los pelotazos y los tornillos volantes. La de Escanciano, que logró retirar su vehículo con las llaves que un compañero le hizo llegar desde León, no fue la única anécdota de una jornada que tuvo momentos surrealistas antes de desembocar en los incidentes más graves, al anochecer. Surrealista fue ver a una treintena de jóvenes de la Universidad de León bajarse del autobús en mitad del corte en la A-6 para recoger setas con sus cestas de mimbre. «Íbamos a Ponferrada, pero las recogeremos por aquí para aprovechar el día», decía Raquel, hija de un minero de Villablino. Minutos depués eran unos escolares de La Bañeza los que cruzaban la barricada con su profesor. Y aún hubo tiempo para que una patrulla de la policía local de Ponferrada llegara con los rotativos luciendo hasta el lugar donde humeaban los neumáticos para rescatar de la cola a un representante de la Embajada francesa. Los mineros, que no sabían quién era, les dejaron pasar.

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