Diario de León

La supuesta paz interna sólo está empañada por la ausencia de candidato a la alcaldía madrileña

Los socialistas apuestan por las mujeres en las elecciones municipales

La ausencia de primarias entre candidatos refleja la escasez de conflictos en el PSOE Alcaldía

Carmen Alborch, en el centro,  es la candidata del PSOE a la alcaldía de Valencia

Carmen Alborch, en el centro, es la candidata del PSOE a la alcaldía de Valencia

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M. Suárez - madrid
León

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El PSOE atraviesa un «momento dulce» de paz interna que dirigentes del partido reconocen que no se daba «ni siquiera en tiempos de Alfonso Guerra». Una prueba de esa tranquilidad son las primarias, las elecciones entre candidatos que los socialistas mantienen formalmente, pero que en la práctica se ha convertido en un recurso marginal al que la dirección recurre cuando no es posible un acuerdo entre los aspirantes a ser cabezas de cartel en los comicios. La ejecutiva del PSOE insiste en que no se puede hablar de ausencia de primarias porque el proceso, que terminó este domingo, se abrió en todas las ciudades y autonomías aunque en la práctica totalidad de los territorios sólo hubo una candidatura por lo que no fue necesario que los militantes votaran entre dos aspirantes. En las elecciones autonómicas, por ejemplo, no habrá disputas, mientras que entre las 133 ciudades que son capitales de provincia o que tienen más de 50.000 habitantes sólo habrá contiendas internas en Soria, el municipio madrileño de Coslada y en el alicantino de Torrevieja. Cosa del pasado Aunque oficialmente el proceso se haya abierto en todo el territorio, las primarias se han convertido en cosa del pasado en un partido en el que, salvo en contadas excepciones, tiene el patio tranquilo. Fuentes de la Comisión Federal de Listas recuerdan que las primarias son una buena solución para que los militantes resuelvan de forma democrática situaciones complicadas, como la abierta en su día por Joaquín Almunia y José Borrell en el año 1998. Sin embargo, de aquella experiencia el PSOE no tiene un buen recuerdo y prefiere evitar que se produzca más de una candidatura en los territorios. Desde que José Luis Rodríguez Zapatero se hizo con la Secretaría General en el 2000 las elecciones entre varios candidatos en las primarias se han ido limitando. Ni siquiera las federaciones socialistas de Madrid y Valencia, históricamente las más convulsas del PSOE, han dado guerra esta vez a la dirección del partido. Este «momento dulce» sólo lo empaña la ausencia de una candidatura en Madrid que esta semana se convulsionó con los movimientos del ex ministro José Bono, quien primero pareció postularse como posible rival de Alberto Ruiz Gallardón en la capital para, 24 horas después, dar marcha atrás.

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