«Mi éxito es que creo en lo que hago, voy a clase y soy constante»

«Creo mucho en lo que hago, voy a clase todos los días porque aprendo mucho y supongo que también influye la constancia». Estas son las claves del éxito de Patricia Morala Argüello, una joven que, con 20 años, terminó la carrera de ingeniería técnica industrial (Estructuras e instalaciones industriales), en octubre de 2005. Ahora es estudiante de la ingeniería superior y lleva el mismo camino. «Hay compañeros que podían haber sacado tan buenas notas como yo, pero quizás no han sido tan luchadores». Ella lleva los temas al día y no se permite empachos: «Prefiero estudiar hoy una hora que mañana cinco», asegura. Intenta parecerse a su abuelo, «ser muy luchadora y fuerte y también a mi madre». Desde cuarto de la ESO supo que sería ingeniera. «Me gustaban todas las asignaturas, pero, sobre todo, física, química y matemáticas que me apasionaban». Confiesa que realmente es un mérito sacar una carrera como la suya a curso por año. De la universidad se lleva el premio extraordinario y todo lo que aprende, «pero también la convivencia con mis compañeros y los valores humanos». No cree tener «más ni menos mérito» por ser mujer. De hecho hay otra premiada en la promoción, Marta Redondo Cuevas (premio extraordinario en Electrónica, Regulación y Automatismos). Su futuro no lo tiene definido. «Tengo muchas puertas abiertas y no quiero cerrar ninguna» y aunque le gusta vivir en León, no dudará en marcharse si de ello depende su carrera profesional. «Me gusta la ciudad en la que vivo, nací aquí, pero le faltan muchas cosas que no son de ahora ni de ayer, como el problema de la despoblación», apunta. Está claro que sus intereses van más allá de las estructuras, aunque cree que en España «hay que despertar el interés por la ciencia y colocarla en el lugar que debe ocupar». Le gusta el cine y le apasiona escribir, más aún que leer. Tiene tiempo para «todo lo que quiero hacer», excepto estudiar alemán y algo de deporte.