Diario de León

| Análisis | La ciencia opina |

Viaje a la mente de un violador en serie

Especialistas en medicina forense, psiquiatría, salud mental y psicología legal coinciden en que el violador del chándal es irrecuperable 1396927554

El violador del chándal sale de la Audiencia Provincial de León, en 1991

El violador del chándal sale de la Audiencia Provincial de León, en 1991

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Marco Romero - león
León

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S on algo así como daltónicos de los sentimientos. Ven deseo donde la víctima expresa miedo. Entienden el daño que hacen, pero les da lo mismo porque no llegan a sentir el mal que ocasionan. No sufren culpas, incluso su frialdad extrema respecto a las víctimas les lleva en ocasiones a jactarse de lo que han hecho. En resumen, interpretan mal y distorsionan los estímul os. Es el perfil genérico del violador en serie, un enfermo sin tratamiento posible. Especialistas de diversos ámbitos consultados por este periódico coinciden en que el violador del chándal es irrecuperable desde el punto de vista psicológico, psiquiátrico y forense. El coordinador de programas de salud mental de la Organización Panamericana de la Salud, con sede en Centroamérica, Víctor Aparicio, preguntado por la posibilidad de rehabilitación de agresores como Andrés Mayo argumentó que está muy relacionado «con lo que puede haber de patología psíquica en un violador en serie». El trastorno va y viene Los estudios que maneja señalan que un procentaje alto, superior al 70%, suele presentar un trastorno de la personalidad de tipo antosicial y con dificultad para controlar los impulsos. «Los trastornos de la personalidad estan muy estructurados en el sujeto y por lo tanto son dificiles de modificar, es decir, son permenentes, por lo que la rehablitación es dificil». Esto explicaría, según él, la facilidad que tienen este tipo de sujetos para que les reaparezca una enfermedad tiempo después de padecerla. Aparicio indicó que la alternativa terapéutica de la castración quimica o quirúrgica está en relación con la dificultad de rehablitar los trastronos de la personalidad. «Los estudios son limitados -indicó-, dado que se está aplicando en pocos países, por lo que tampoco hay mucha cauística. Sí que se aprecia con este tratamiento que disminuye el deseo sexual, aunque los datos disponibles se referien a pacientes que han sido castrados por tumores de próstata» y no como respuesta terapéutica a los violadores en serie. En España, sólo se puede aplicar este sistema si lo solicita el reo. La castración química consiste en una terapia hormonal para inhibir la secreción de testosterona y reprimir la libido. Sin embargo, este tratamiento no es una solución definitiva, puesto que la sexualidad no sólo es el resultado de las hormonas, sino que ésta también tiene un importante ingrediente imaginario. Componente sádico El catedrático de Medicina Legal y Forense de la Universidad de Oviedo, Rafael Hinojal Fonseca, aprecia en la actuación de este tipo de violadores en serie «un componente de dominio sobre la mujeres, en el que necesita desarrollar un acto de violencia y la resistencia de la víctima». ¿Sadismo? Puede, puesto que en sus actuaciones «no sólo aparece el hecho sexual, sino que hay lesiones importantes». El violador del chándal salió de la cárcel a los 12 años de ser condenado a 106 años de prisión por cuatro violaciones y siete tentativas. Siguió un programa pionero en el centro penitenciario de Mansilla de las Mulas para rehabilitar a violadores. Y tras seguirlo con especial interés, convenció a la Junta de Tratamiento de la cárcel leonesa, compuesta por cinco miembros, para que apoyaran su excarcelación. «Son personas normalmente inteligentes y en la cárcel actúan de forma distinta. Están sometidos al control del resto de presos, entre quienes están mal vistos, y colaboran con psicólogos y educadores hasta el punto de convertirse en amigos», opinó Hinojal Fonseca. «Son perfectamente capaces de engañar a la Junta de Tratamiento y a sus responsables para que en un momento dado les favorezcan en los beneficios penitenciarios», añadió. Fracaso de los psicólogos Este catedrático recordó que el pasado mes de septiembre, durante unas jornadas desarrolladas en Oviedo, el piscólogo de la prisión de Mansilla de las Mulas presentó los resultados del programa para violadores que siguió Andrés Mayo en León. «Aunque es un tratamiento que ha sido eficaz en algunos casos, el hombre se encontraba desilusionado porque cuando un trabajo no sirve para nada se ve como un fracaso profesional». El departamento que dirige este catedrático elaboró una tesis doctoral relacionada con los agresores sexuales en serie. Después de realizar varios estudios de personalidad dentro de la cárcel concluyó que este tipo de personajes antisociales en la calle se convierten en «personas extrovertidas y muy relacionadas». Desde su punto de vista, la mejor opción para un violador en serie es mantenerlo encerrado en la prisión, «aunque desde el punto de vista político no sea correcto». Menos testosterona Cuantos más años de cárcel, menor probabilidad de reincidencia. Aunque no porque el violador se rehabilite, sino porque la secreción de la testosterona se reduce con el avance de la edad. El doctor Julio Bobes, catedrático de Psiquiatría en la Universidad de Oviedo y jefe del Servicio de Psiquiatría en el área sanitaria de Oviedo, sostiene que los centros penitenciarios no tienen medios terapéuticos para llevar a cabo tratamientos psiquiátricos que posibiliten la rehabilitación de los violadores en serie. «Se les encierra, pero no se trata su problema, por lo que cuando salen siguen llevándolo consigo», detalló. Desde su óptica, «si no se puede garantizar que no reincidan lo lógico sería hacerles cumplir la condena completa -para lo que defiende una modificación del Código Penal-, pero hay que darles la opción de curarse y dotar a las prisiones españolas de los medios necesarios para hacerlo». «Intratables» Por su parte, el psicólogo clínico Juan Carlos Gutiérrez puntualizó que, así como los violadores que han agredido sexualmente una sola vez pueden recibir ayuda, no ocurre lo mismo con los reincidentes, a los que considera «prácticamente en su totalidad intratables, sin solución». «Hay autores que defienden que sean tratados y otros que revelan que el tratamiento terapeútico podría ser contraproducente», detalló. «Hay violadores que reconocen su culpa, pero la mayoría son personas frías que desconocen el arrepentimiento. Para una persona con desviación psicopática una violación le resulta algo apetecible». Desde su punto de vista, y a tenor de la experiencia médica, «no hay tratamientos eficaces» para este tipo de seres. «Un porcentaje superior al 70% suele presentar un trastorno de la personalidad de tipo antisocial. Es difícil de modificar» VÍCTOR APARICIO Organización Panamericana de la Salud «Son inteligentes y perfectamente capaces de engañar a psicólogos y educadores para que en un momento dado les favorezcan en los beneficios penitenciarios» R AFAEL HINOJAL FONSECA Catedrático de Medicina Legal y Forense «Si no se puede garantizar que no reincidan deben cumplir la pena completa, pero hay que darles la opción de curarse y dotar a las prisiones de los medios para hacerlo» JULIO BOBES Catedrático de Psiquiatría «No hay tratamientos eficaces. La mayoría son personas frías que desconocen el arrepentimiento» JUAN CARLOS GUTIÉRREZ Psicólogo clínico

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