Diario de León

El agresor, que hoy pasa a disposición judicial, alertó a la policía

Un hombre mata a su compañero sentimental en su casa de Gijón

El fallecido fue encontrado con varias heridas de arma blanca en medio de un charco de sangre

Publicado por
Ángel Fabián - gijón
León

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Hoy pasará a disposición judicial el hombre que el lunes fue detenido por la Policía en Gijón tras admitir haber dado muerte a puñaladas a su compañero sentimental en la vivienda del barrio de Tremañes que compartían. El suceso se produjo en la madrugada del lunes y fue el propio agresor quien reconoció, mediante una llamada telefónica a la Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía, haber dado muerte a su compañero sentimental durante una fuerte discusión en el domicilio que compartían. El cadáver de Constantino Jesús Mesa Vega, de 59 años y natural de la localidad asturiana de Luarca donde hoy será enterrado, fue encontrado por la Policía en el interior de la casa con varias heridas de arma blanca y en medio de un gran charco de sangre. A su lado, se encontraba el arma homicida. Llamada telefónica Poco antes, Rafael G.S., de 41 años, había realizado la llamada telefónica en la que reconocía ser el autor de la muerte de su compañero sentimental, con quien unas horas antes había mantenido una acalorada discusión con ese fatal desenlace. Fuentes policiales señalaron que el agresor reconoció de forme espontánea ser el autor del apuñalamiento y que en todo momento colaboró con los agentes. La víctima era pensionista y había sido beneficiario de una vivienda social en el verano de 2006 que compartía con el agresor, con quien mantenía un vínculo sentimental bien conocido por el vecindario, aunque ellos solían presentarse como hermanastros. La relación de pareja fue corroborada por fuentes de la investigación. Los vecinos mostraron su sorpresa por el fatal suceso y calificaron al agresor como «una persona educada y buena que nunca dio ningún problema». No obstante, también explican que hace unos meses el propietario de la vivienda había echado de casa al agresor aduciendo que «se pasaba el día bebiendo y no aportaba un duro». A las pocas semanas, volvieron a vivir juntos, aunque algunos vecinos han explicado que, desde entonces, mantenían discusiones frecuentes. Los comentarios más generalizados entre el vecindario ayer eran de extrañeza, puesto que no se percataron de lo ocurrido hasta que la policía se presentó en la casa. No obstante, algunos señalaron que durante la madrugada, después de la hora en la que reconoce haber cometido el crimen, el agresor fue visto en la calle por varias personas, ebrio y con una botella en la mano.

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