El largo salto desde las bambalinas de Aznar a la primera línea política Arancha Miguélez con Zapatero

Arancha Miguélez no es tan nueva en la política como parece. Nació hace 44 años en León. Estudió Derecho, aprendió tres idiomas (francés, inglés y alemán) y se inició en la política tras las bambalinas durante la etapa de José María Aznar como presidente de la Junta de Castilla y León. Durante dos años, entre 1987 y 1989, en la época en que Miguel Pérez Villar era consejero de Economía de la Junta, formó parte del gabinete con Carlos Aragonés y Ana Mato. Casi una década después regresó, más cerca de la primera línea política, como directora general de Asuntos Europeos. Era 1997 e Isabel Carrasco estaba entonces al frente de la Consejería de Economía y Hacienda de la Junta. Estuvo durante siete años y medio «a doscientos por hora» hasta que hace cinco años regresó a León. «He tenido cuatro años de un parón total, fue como un frenazo en seco: me casé y he tenido dos hijos». Cuando le ofrecieron ser candidata a las elecciones municipales por el Partido Popular no lo dudó. Había llegado el momento de arrancar de nuevo el motor, pensó. En casa le advirtieron de «lo dura que es la política municipal», porque «mi marido ha sido concejal en Burón y sabe lo que es, aunque aquí, en la ciudad es verdad que eres más anónima». La advertencia, sin embargo, va acompañada de un gran respaldo: «Yo me voy tranquila de casa a un mitin por la tarde porque queda mi marido con los niños». Arancha Miguélez no se considera, ni mucho menos, una heroína. «Yo no soy de las que peor lo tengo. Tengo a mi madre, a mi marido, mis hermanos y una persona estupenda que me ayuda en casa», admite. Para ella la conciliación de la vida familiar y laboral no es sólo cosa de mujeres, sino también de los hombres. Defiende la ampliación del permiso de paternidad (aprobado en la Ley de Igualdad que el PP no apoyó) y se muestra entusiasmada con la oferta que hace el PP -y que Soraya Saénz de Santamaría pregonó en León- de la rebaja de mil euros del IRPF y la creación de 400.000 plazas de guarderías. No es un eslogan electoral, sino una foto de la infancia en la que la pequeña Arancha Miguélez posa con José Luis Rodríguez Zapatero (segundo por la izquierda). Aquel chaval le dio clase años después en la Facultad de Derecho. Ahora la vida les ha colocado en bandos políticos contrarios. ¿Se reencontrarán en el Congreso tras el 9-M?