«En las grandes ciudades te tratan peor»

Con un acento muy occidentalizado fruto de los ya seis años de residencia en España, Ricardo José Cuestas, casado y con una hija, vive inmerso en la cultura española, una experiencia «a la que le costó adaptarse» pero que ahora «disfruta junto a muchos de sus amigos españoles». Este veterano odontólogo regenta una conocida clínica dental del centro de León desde hace un año, tras empezar su ejercicio en España cinco años antes en Villablino. «Me surgió la oportunidad de comenzar en la localidad montando mi propia clínica, que todavía mantengo», comenta Cuestas, que destaca las ventajas de pequeños núcleos como el municipio lacianiego para empezar. «Hay una tendencia general a escoger las grandes ciudades, como Madrid, Barcelona o Valencia, pero yo creo que es mejor un lugar pequeño, donde las necesidades empresariales se ven más claras y donde te tratan mejor», añade al respecto. «Los argentinos además solemos venir con buena formación y tenemos un trato fácil, lo que facilita la integración», declara el odontólogo natural de la ciudad de Córdoba, quien asegura en ese sentido que «están mejor vistos por tener rasgos más occidentales» que otros compatriotas latinoamericanos, como colombianos, venezolanos o mejicanos, « a los que se les distingue más por el color de la piel o la forma de vestir y de hablar», añade. Complicaciones Cuestas señala, no obstante, diversos problemas en su camino a la adaptación española. «La homologación de los títulos es laboriosa y requiere cursar materias adicionales para ser reconocida tu formación en España», explica el odontólogo, quien no obstante, se muestra de acuerdo con el método de evaluación. «Es una buena forma de filtrar a los que no tienen formación al tiempo que prueba nuestra profesionalidad, que de cara al cliente es fundamental», añade. «Otro gran problema es la obtención de la nacionalidad, que te cierra muchas puertas laborales y que ralentiza mucho el proceso», asegura el dentista ya español, quien al contrario que muchos de sus colegas extranjeros, contaba con la ayuda adicional de tener antepasados italianos, franceses y españoles. La obtención de una vivienda de alquiler es, según sus declaraciones, uno de los mayores problemas. «Te oyen la voz, te identifican como extranjero y te cierran muchas puertas sin preguntar cuál es tu sostenimiento económico», concluye Cuestas.