Diario de León

Ribas del cúa | Cacabelos

Una bodega que fue un sueño

Nacida de un proyecto ambicioso, tanto como cabal, Ribas del Cúa es una bodega modélica por los medios técnicos de que dispone, pero sobre todo en su concepción. A la belleza de la composición arquitectónica y natural añade la racionalidad de tener las cepas justo a la puerta.

Aspecto de la fachada de la bodega.

Aspecto de la fachada de la bodega.

Publicado por
Rafael Blanco
León

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Diez años tardó el muy recordado empresario berciano Tomás García en componer, a partir del puzle del minifundismo berciano, una finca de 60 hectáreas de terreno sobre la que asentar su sueño. Hoy esa viña, una de las más envidiables del Bierzo, alfombra desde el balcón de la bodega una vista impresionante hacia poniente sobre la vega del Cúa. La Finca Robledo y la bodega que se erige orgullosa en la parte más alta -una construción de tipo ch¢teau con medios técnicos de vanguardia, capacidad para elaborar 950.000 litros y una cava climatizada de 1.500 metros cuadradosen la que duermen 400 barricas- es un legado valiosísimo por el que los amantes del vino y la naturaleza deben rendirle un sincero y emocionado agradecimiento. Ahora son su hija, Susana García, y su sobrina, Pilar Millán, quienes dirigen la bodega desde los aspectos comercial y de gerencia en el primer caso y de elaboración en el de la enóloga, aunque la bodega siempre ha confiado la dirección técnica al muy autorizado criterio de Ana Martín Onzaín.

El viñedo que se extiende a las puertas de la bodega y sobre el que se han hecho algunas correcciones por exceso de tempranillo, pero en el que ahora la mitad es mencía y hay una parte de cabernet sauvigno n, es la base de elaboración de los cuatro vinos de su catálogo. Ribas del Cúa debutó en el mercado con el Adras , un polivarietal (70% tempranillo, 20% cabernet sauvignon y 10% mencía) con tres meses de permanencia en barrica que toma el nombre de un paraje de Lillo del Bierzo. Presentado como vino de la tierra y nuevo conquistador del mercado sueco, es un bierzo ciertamente singular por los aportes varietales, pero en cualquier caso es el soporte de volumen de la bodega (este año 150.000 botellas; 3,20 euros allí).

El último en llegar, que a la referencia general añade la alusión al paraje, Ribas del Cúa Oncedo (12.000 botellas; 5,30 euros en bodega), es un mencía con ocho meses de barrica muy en la línea de la demanda actual. La más alta expresión de la bodega la concreta el Ribas del Cúa Privilegio (5.000 botellas; 11,60 euros), un mencía de vendimia seleccionada con 13 meses de barrica de roble francés, aunque quizá el más representativo sea el otro crianza de la inconfundible etiqueta roja.

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