Diario de León

«Prieto Picudo es autenticidad»

Diego Tijera Castro
Bodega Cooperativa Los Oteros

«El Prieto Picudo es autenticidad y sobre todo lo es el rosado que se elabora con él. El tinto está ganando en aceptación del mercado. Está empezando a llamar la atención y acabará explotando». Diego Tijera pone cara a una nueva generación del vino en la bodega que es guardiana de la variedad autóctona.

Diego Tijera, en el viñedo propiedad de la cooperativa que ocupa la parte porterior de la bodega de Pajares.

Diego Tijera, en el viñedo propiedad de la cooperativa que ocupa la parte porterior de la bodega de Pajares.

Publicado por
Rafael Blanco
León

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Recuerda el joven bodeguero que atiende las labores en Los Oteros los todavía buenos tiempos —y su memoria sólo alcanza lo que su experiencia laboral en la casa, catorce años— en los que en las tolvas de la cooperativa de Pajares de los Oteros se dajaba caer un cuarto de millón de kilos de uva aportada por los más de ochenta socios cuando la actividad en la viña todavía resultaba atractiva. En esas mismas instalaciones se había llegado a elaborar incluso más de un millón de litros de vino al año. Hoy apenas se alcanza una décima parte.

A la ausencia del relevo generacional, el abandono del viñedo e incluso el descepe se suma el desánimo de quienes llevan desde entonces y más esperando que se concrete el proceso de concentración parcelaria tan añorado como ahora dudoso. Es demasiado tarde. «La gente es mayor y ha perdido el interés por la viña. Si se hubiese hecho en los noventa, el viñedo y la calidad estarían hoy asegurados», razona Tijera Castro junto a las cepas en espaldera en la parte posterior de la bodega.

Diez años atrás hubiese sido incluso buen momento. De los más de doscientos socios que en el año 1964 impulsaron la creación de la Bodega Cooperativa Los Oteros, apenas cuarenta se mantienen activos y aportan poco más de ciento veinte mil kilos de uva de algún nuevo viñedo, pero sobre todo de viejas y excelentes rastreras de Pajares de los Oteros y de otros pueblos del municipio y de fuera de él: Morilla de los Oteros, Fuentes, Valdesaz, Pobladura, Quintanilla, San Pedro, Grajalejo, Corbillos, San Justo, Valencia de Don Juan, etcétera.

Con esa aportación elabora la cooperativa graneles que mantienen una intensa actividad bien organizada en torno al garrafoneo y el bag in box para la venta directa a las puertas de las instalaciones, muy bien conservadas, una línea de vinos de mesa, rosado y tinto, bajo la etiqueta Prieto Real, un excelente rosado de aguja de corte clásico, Viña Bricar, también presentado como vino de mesa, y los certificados por la denominación de origen: los Auterolo rosado y tinto y el Augusta Roble, un crianza con 12 meses de añejamiento en barrica y otros 12 en botella.

En un mercado en el que es obligado «darnos a conocer como zona de producción y por la singularidad del Prieto Picudo», dice Tijera, pero en el que «hay demasiados vinos », el último atrevimiento de la casa es un reserva elaborado a partir de la vendimia del 2005. Este Señorío de los Oteros está en el mercado desde julio pasado, acreditado por los 29 meses de permanencia en madera y al menos 12 en botella. Son sólo seis mil unidades y no volverá a haber algo parecido hasta que esté listo el del 2012, ya que sólo se elaborará con partidas de uva excepcionales de cosechas también excepcionales. Se trata de explorar el potencial de la variedad y de premiar el buen gusto del cliente.

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