Diario de León

Antonio Manilla

El Alcalde Peregrino

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Diez ha comenzado pisando fuerte para alzarse con el título de «Alcalde Peregrino del siglo XXI», que se otorga no por hacerse el Camino de Santiago sino por tener iniciativas peregrinas y, lo que es peor, llevarlas a término contra viento y marea. Concejales y asesores que paren ideas sin redondear, poco meditadas y hasta ocultistas, los hay a puñados y casi todos los días alguien que apunta una ocurrencia a bote pronto, insuficientemente rumiada, como quien dice sin pasar por una simple cocción que la blanquee un poco. Siempre hay un amigo a mano que, con el valor que otorga el tercer prieto picudo, se lanza a exponer esa genialidad propia y más bien cruda que sería excelente para León. Lo que ya no es tan común es que esa idea, puesta en el cedazo de sensatez que se les supone a unos administradores de la cosa pública, supere el filtro de pragmatismo y oportunidad y, en menos de horas veinticuatro, pase de las musas al teatro, o sea, de la quimera a la rueda de prensa.  

Si hasta el presidente de una asociación de comerciantes del centro le ha recomendado a Díez que medite unas semanas, y no emprenda en el calor de agosto, cómo será la cosa. La obcecación que tiene el alcalde con la peatonalización de Ordoño apresuradamente prometida, que ahora es semipeatonalización y semipromesa cumplida, mañana quizá culmine con la plantación de cuatro bolardos y un par de cojines berlineses, esos baches al revés que debió de inventarlos un inspirado mecánico teutón. Esa cabezonería uno no sabe si viene de un estudio de una universidad norteamericana, del amor hacia bicicletas y patinetes o de una ofrenda a la Virgen Blanca. Pero una petición de los empresarios del centro ya se ve que no es.  

Si el asunto es hacer más agradable al turismo la ciudad, inundemos las calles y pongamos unos canales con sus condotieros. O busquemos un diseño llamativo para los uniformes de la policía local, al que todos los viajeros del Ave quieran hacerle una foto. O hagamos un concurso de ideas en Facebook.  

Estoy tratando de ser constructivo, pero no sé si aporto. Lo que tengo claro es que peatonalizar Ordoño no va a ser la puntilla al tráfico rodado, sino que va a convertir a la ciudad en la capital mundial del rodeo, desbancando a Houston, Texas, donde únicamente doman potros salvajes a pelo.

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