Diario de León

Creado:

Actualizado:

Se aburre el pueblo al repetirse todo candidato en esta campaña que ya nos zumba y la grada pide jaleo al menos, simplezas, hostias y mentiras para poder entrar ella también en el ruido con su boca chica o la de hacha. De este modo, diciendo el «líder» Ortega Smith que « las 13 rosas » republicanas eran «torturadoras, violadoras y asesinaban vilmente» junto a otros «crímenes brutales» (más papista el tío que el papa Franco, que solo logró acusarlas de «adhesión a la rebelión»), no habrá fiel voxeador que no deduzca y pregone que eran también a la fuerza putas redomadas, salteadoras de bancos y colaboradoras activas en la quema de conventos e iglesias, eso que llamó impropiamente «parroquias» la supertontita Díaz Ayuso (rectitfique con ella el tontilisto que le pasó la nota donde ella leyó la tontería, porque «parroquia» no es un inmueble o templo, señorita, sino una división territorial, entelequia jurídica... y eso no arde).  

Qué ganas, cuánto guerracivilismo barato exhibe la derecha coartándose con que es la izquierda quien lo atiza, qué plastas, ¡otra vez la Guerra Civil como grasa consistente para lubricar el cañón de políticos borraja!, guerra que aún es bomba de espoleta retardada, guerra tan lejana y tan traída podridita de mentiras, esa munición del que roba hasta el papel higiénico de la Historia.  

Sus fantasmas están vivos: ¡El Alcázar no se rinde! ¡Madrid, qué bien resistes! ... Alguien se empecina en que vuelvan las dos Españas a tortas o a tiros. Y la tercera España, sordomuda. La cuarta España, emigrada o vendida. Y hay una quinta España también, la nacionalista, pero esa está solo a lo suyo, no tiene otro joder entre cejas.  

« Españolito que vienes al lío, reza a Sandiós, cuatro de las cinco Españas han de helarte el corazón ».  

Todo político que resaca o entresaca estampitas de nuestra tragedia incivil, la puta Guerra, delata que esa es o su cuna o su tara, que de ahí viene lo suyo o ahí se nutre y que, a falta de más inteligencia o ingenio, jamás saldrá de la simpleza del «o azul o rojo».  

Cebolletas. Que os den. Y aquí paz.

tracking