Editorial | El consenso como punto de partida para reconstruir

No hay tiempo que perder para avanzar en un plan solvente con el que afrontar la reconstrucción de Castilla y León y sentar las bases de este proyecto es esencial para su eficacia. El consenso que ayer reclamó el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, es el punto de partida ineludible para iniciar esta nueva andadura. La encrucijada que vive la Comunidad requiere de altura de miras para no anteponer los intereses partidistas a las necesidades generales de una ciudadanía que ha quedado devastada por el paso de la pandemia del Covid-19. La pregunta es si los líderes de los diferentes partidos sabrán dar la talla para anteponer el bien común por encima de rencillas, ambiciones o estrategias. Castilla y León tiene la oportunidad de dar una lección que no se está aplicando en otras comunidades autónomas y aún menos entre el Gobierno central y la oposición, enzarzados en un juego de excesos que está arrastrando la imagen del país y demoliendo la confianza de los ciudadanos en la recuperación. Es el momento de demostrar que la reactivación económica y social de esta Comunidad es el objetivo común y que todos los esfuerzos y recursos disponibles se dirigirán a cumplir las expectativas y el mandato de la ciudadanía. No es cuestión de dar un ‘cheque en blanco’ a nadie, original expresión que tendremos que escuchar más de una vez. Es cuestión de madurez, sensatez y generosidad, cualidades que deben marcar las pautas de cualquier pacto que se quiera emprender de ahora en adelante.