Edificio Ordoño II, 37

Los historiadores han considerado la arquitectura de Manuel de Cárdenas: eclécticista, historicista, neoclasicista, neobarroca, modernista, regionalista, hasta seudoracionalista, y seguramente no les falte razón. Pero en mayo de 1925, año de la Exposición de las Artes Decorativas de París, el Maestro firmó este edificio en Ordoño II promovido por Ignacio y Maximino González Puente. Proyectó la planta baja para ‘tiendas’ y el portal con escalera para subir a 6 viviendas en tres niveles más otras 2 en un ático bajo cubierta. Dispuso su fachada a la calle simétrica y partición tripartita. Planta baja con puerta en el eje de arco adintelado y octógono en sus hojas de forja entre arcos poligonales que dibujan los escaparates de las tiendas. Cuerpo noble con un lienzo central de balcones delicadamente moldurados y geométricas barandillas metálicas de motivo octogonal, escoltados por estilizados fustes estriados bajo paneles con placas de doble octógono entre manojos de frutas. En los laterales dos cuerpos de miradores de obra sobre otros arcos poligonales sostenidos por ménsulas, que presentan sus vanos separados por apaisadas tarjetas octogonales. Todo rematado con prismáticos balaustres entre paños de fábrica y dos frentes a fachada cuyos frontones, también poligonales, exhiben hexágonos entre cornucopias en su tímpano… Cárdenas también dominaba ese refinado repertorio formal, que la Exposición de París consagró como el estilo que había de simbolizar el glamur de aquella deslumbrante y contradictoria época entre dos guerras mundiales. Puro y cosmopolita Art-Decó en aquel León de los años 20… ¡Tan provinciano y enigmático!