Edificio Padre Isla, 21

Andrés García-Quijada formaba parte, junto a Alberto Muñíz y José Miguel de Prada, del equipo que, en 1967, levantó la Casa de los Picos en Villabenavente 9. Pero en 1973 firmó en solitario este edificio de viviendas en la Avda. Padre Isla, también promovido por Manuel Muñiz Alique, y cuya dirección de obra compartió con Pablo Vicente Herranz, hasta su repentina muerte en 1974, mientras se ejecutaban los trabajos con Juan Martínez Guisasola como aparejador. Había proyectado una estructura de hormigón y dos sótanos, el segundo con las instalaciones generales de calefacción y agua caliente, y en el primero locales que lógicamente acabaron convertidos en aparcamientos.

La planta baja para un espacio comercial ocupando todo el solar y la rampa del garaje deslizándose junto a un portal retraído con la escalera y dos ascensores —uno de servicio—, que suben a 16 viviendas en seis plantas a la calle y dos retranqueadas. Distribuyó los pisos en las tres zonas fundamentales: la «de estar», la «de dormir» y la «de servicio», relacionadas por generoso pasillo alrededor de un patio central y otro posterior… García Quijada había concebido la fachada a la calle alternando miradores acristalados y terrazas separadas por la línea de los forjados y unos estrechos machones verticales chapados con piezas vidriadas azul ultramar, hoy sustituidas por un vulgar «cotegran» verde oliva.

Las terrazas pronto se cerraron. Y sin duda el paso del tiempo ha acentuado la complejidad de esta extraña fachada plagada de trasparencias, tan poco frecuentes en un edificio de viviendas… Pero el cerramiento cristalino, la ausencia de ornamento, la aparente claridad estructural sugerida por machones y forjados, y esos rítmicos tubos rectangulares de acero, pasantes, fijados al canto de los forjados para rigidizar una carpintería de aluminio de suelo a techo, delatan la presencia del gran Mies van der Rohe en el tablero del arquitecto... ¡Algo más que un ejercicio escolar!... ¡Me encanta!