Editorial | Las urnas sí ponen a cada uno en su sitio

Es una frase muy repetida pero no siempre se cumple. El voto de la ciudadanía es soberano y debe marcar de manera real las tendencias y los gobiernos durante los mandatos. Por ello, no resulta muy legítimo que los políticos se bajen del barco sin ni siquiera llegar a recoger el acta. Si se presentaron y fracasaron, parece que como mínimo deben permanecer un buen periodo del mandato para actuar con coherencia. El anuncio de Camino Cabañas —tras su evidente fracaso en San Andrés del Rabanedo— es un buen ejemplo de esta actitud nada democrática. Saldrá directamente del despacho de alcaldesa a la calle y culpando de su derrota —el PSOE ha pasado a ser la tercera fuerza— al efecto del sanchismo llegado desde Madrid, olvidando que no ha sido un mandato precisamente tranquilo. La líder nacional de Ciudadanos, Arrimadas, también se va. Y en Valladolid se baraja que un derrotado Óscar Puente buscará acomodo ahora en Madrid. Si las urnas les han puesto —a estos y a otros— en la oposición, deberían asumir ese papel ‘votado’.