TRIBUNA
¡Los amos del mundo!
Quizás para muchos será difícil de creer, pero los amos del mundo no son los líderes de las potencias, ellos son circunstanciales, tampoco son los dueños de los grandes bancos, ellos luchan por mantener a flote su valor en un mundo cada vez más diversificado y menos creyente en sus bondades, los verdaderos amos del mundo son los que cambian los hábitos de vida, modifican la cotidianidad y nos hacen dependientes «hasta viciosos» de sus inventos. ¿Quién hasta hace 20 o 30 años podía imaginar que hacer una videollamada por un dispositivo móvil de tamaño igual o inferior al de una mano sería algo normal y cotidiano? Y esto solo por poner un ejemplo, pero que hay detrás de estas grandes invenciones, ¿son acaso características dadas por circunstancias sociales, culturales o económicas de la sociedad? ¿Son atributos personales, condiciones superiores de personas de las cuales se infiere tienen diferencia suprema sobre el resto de la humanidad? O una mezcla de ambas.
Mas allá de la genialidad, ímpetu, determinación y visión de personas como Steve Jobs, Bill Gates, Elon Musk, Mark Zuckerberg, solo por nombrar algunos de los más conocidos emprendedores, que han construido emporios valorados en sumas superiores al PIB de algunos países, es necesario también, evaluar el emprendimiento en sí y las circunstancias que lo promueven, ya que seguirán en expansión e impactarán en el mundo. Es pertinente que líderes entiendan esta realidad y promuevan cambios de rumbo en cuanto a la gestión económica, el desarrollo de sus naciones y la promoción de emprendimientos porque la explotación de los recursos naturales no ha sido ni será suficiente para cubrir tantas expectativas.
¿Por qué aferrarse a eventos y formas tradicionales de gestión? ¿por qué vemos empresas que avanzan y crecen con una agilidad sorprendente en contraposición a países en los cuales no sucede los mismo? Hay una frase atribuida a Sócrates, el gran filósofo griego donde revela un gran secreto, el secreto para cambiar, él decía que: «El secreto para cambiar es encontrar toda la energía y ponerla al servicio no para luchar contra lo viejo sino para construir lo nuevo».
Desde hace unos años viene desarrollándose un proceso que está rompiendo las barreras entre lo digital, lo físico y lo biológico, está transformando el mundo en que vivimos, es la Cuarta Revolución Industrial que involucra tecnologías como el internet 5G, inteligencia artificial, robótica, ingeniería genética, impresión 3D y tecnología blockchain, las cuales representan grandes oportunidades que están dando paso a un nuevo funcionamiento global en el horizonte cercano con características distintas a lo que hemos visto hasta ahora.
En un mundo donde ideas desfasadas, fundamentadas en experiencias limitadas y con resultados perjudiciales siguen haciendo daño, es peligroso aferrarse a estos liderazgos que intentan imponer estas ideologías o modelos obsoletos.
¿Porque actuar como autoridades infalibles en vez de reconocer la complejidad de los desafíos actuales y la diversidad de contextos en los cuales se desarrollan? Pretender que una única idea es la solución definitiva a los tantos problemas del mundo y de cómo los países deben asegurar el bienestar y prosperidad de sus ciudadanos es una total ingenuidad.
Es difícil creer que recetas universales tengan el mismo efecto para todas las naciones, ahora, si partieran de un enfoque flexible basado en particularidades de ámbitos regionales y/o nacionales, quizás los efectos sean más positivos y los consensos superiores, sobre este tema de las mejores posturas de personas y naciones en tiempos de cambio, se le consultó al escritor estadounidense Eric Hoffer, el cual respondió que: «En tiempos de cambio, quién cree saberlo todo estará bien equipado para un mundo que no existe».
Y por esto resalto que quienes se adueñan del mundo son los que están abiertos al aprendizaje, a fusionar conocimientos y en esa búsqueda constante de solucionar falencias o mejorar estilos de vida y problemas sociales, proponen sus ideas mediante innovaciones. Hay ideas buenas que han tenido éxito, así como otras que se han quedado en el camino, pero en la medida que se construya una estructura social, económica y académica que coadyuve a que sigan surgiendo, se estará generando un ecosistema propicio para la creación de grandes ideas innovadoras de impacto global.
Andrés Openheimer, agudo periodista y escritor argentino planteaba en uno de sus libros ¿Por qué los países latinoamericanos no crecen en la misma dimensión que los asiáticos o europeos? Y al respecto mencionaba que: «Mientras los asiáticos están guiados por el pragmatismo y obsesionados por el futuro, los latinoamericanos están guiados por ideologías y obsesionados con el pasado» En la actualidad es un retroceso enorme aferrarse a luchas que en el pasado ya fueron superadas, es necesario que las demandas se ajusten a la sociedad contemporánea que sigue experimentando cambios, que demanda orden y exige adaptabilidad y visón de futuro.
Es una época de transformaciones profundas, donde aquellos con mentalidad abierta y agilidad encontrarán su lugar, ya lo dijo Klaus Schwab, fundador del foro económico mundial «En la nueva economía, no es el pez grande el que se come al pez pequeño; es el pez rápido el que se come al lento».