Confusiones fomentadas y medioambientales

En su portada de hoy, 19 de noviembre, se puede leer en mayúsculas “juicio histórico a un agente forestal acusado de pirómano”. Pues sepan ustedes, al menos los que pretendan ser garantes de la información veraz, que esa persona juzgada no es, ni de lejos, Agente Forestal. El cargo de Agente Forestal esta reservado exclusivamente a los funcionarios netos de carrera: I) que formen parte del Cuerpo Especial de Guardería Forestal del Estado (Reglamento aprobado por Decreto 2481/1996); y II) los funcionarios de los Cuerpos y Escalas de las Comunidades Autónomas, con variación en su denominación según cada Comunidad (Agents Rurals de Catalunya, Agentes Forestales de Madrid, Guarderio Forestal de Navarra, Agentes Medioambientales de Castilla y León…). Todos los Agentes Forestales están amparados por la definición contenida en el art. 6 de la Ley 43/2003 de Montes (Ampliada por Ley 10/2006), y por los Reglamentos aprobados respectivamente por cada Comunidad Autónoma (En Castilla y León, Decreto 136/2002 por el que se aprueba el Reglamento del Cuerpo y Escala de Agentes Medioambientales). En este caso, la persona juzgada como presunto autor del delito de incendio forestal, trabajaba como celador de caza en una reserva de caza, empleado público, pero como personal laboral, no como funcionario neto. Se hace imprescindible una aclaración cuando se ha confundido el presunto autor de un delito con un Agente, máxime cuando el delito es de incendio forestal. Puede que la diferencia entre celador y Agente no resulte inmediata a simple vista, dado que la Junta de Castilla y León, inexplicablemente, irracionalmente y en el límite de la legalidad, dota a los celadores con vestimenta de trabajo que es similar en colores y trazos al Uniforme de Agentes Medioambientales (este sí es uniforme porque esta reglamentado), del que sólo se diferencia por los emblemas forestales propios de Agentes Medioambientales y la inscripción con la denominación corporativa. Es una situación que la Consejería de Fomento y Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León debería atajar para evitar confusiones, porque es absurdo que quiera fomentarlas. Y estos detalles hay que cuidarlos en el tratamiento de las noticias escritas. Por poner un símil, sería como confundir a un miembro de la Policía Nacional con un vigilante de seguridad de unos grandes almacenes o con un portero de discoteca. En ese caso la Policía Nacional inmediatamente intentaría que se enmendase el error, incluso con quejas, y por añadidura, para evitar que se desvirtúe la función pública. Pues en esas estamos. Fdo.: Agente Medioambiental adscrito al Servicio Territorial de León.