Diario de León
Publicado por
León

Creado:

Actualizado:

Me estoy acordando de aquella España oscura. La de mi niñez. Aquella que, inevitablemente, marcó el camino diametralmente opuesto al del progreso intelectual mejor recomendado para nuestra juventud. Era tan oscura como las sotanas que paseaban los curas; en nombre de la verdad más absoluta en la que creían por encima de todo. Les diré que, besar el anillo que ofrecían en su mano algunos eclesiásticos de mayor rango, era, además de un ademán de sometimiento, un acto de constatación divina hacia tu futura salvación como impío. Significaba una escena de adoración y sumisión al oro y a la piedra preciosa. Máximo exponente en el mundo material, pero no espiritual como creíamos. Por más que intentaras buscar otros caminos, siempre acababas en el de los tuyos, tu familia. Siguiendo los designios afines a tus circunstancias. Y siguiendo, a ciegas, los consejos de los que creías iluminados y arropados bajo palio. Aunque, y perdonen la expresión, mi exposición ‘peque’ de poco empaque académico, es la versión de los muchos que no pudimos pasar por las doctas Academias; pues lo normal era dejárselo a los que portaban esos otros valores, promulgados mediante la idolatría. Todo va encajando con el paso de los años. Los valores son siempre los mismos: en el Vaticano o en Moscú. Me da rabia tener que admitir, como normal, estos hechos, tan fuera de lugar ahora, que sucedieron en aquella inoportuna infancia ‘descafeinada’.

tracking