La Policía Municipal de León a examen

Por si las leyes de Tráfico no fueran ya bastante duras con algunos conductores (con otros son hasta benévolas), la Policía Local de nuestra ciudad debe de considerar que los ciudadanos de León somos todos ricos y tontos, a juzgar por el importe de las sanciones y el trato, que en algunos casos, ofrecen los trabajadores de este ámbito a los ciudadanos que buscan solución y apoyo a sus problemas. En cuanto a las sanciones de la Policía Local solo constatar que cuatro multas, por mal aparcamiento, y cuestiones parecidas que no reportan ningún tipo de gravedad ocasionan la pérdida de la totalidad del sueldo mensual, para algunos; ni hablar de las impuestas por los radares ubicados estratégicamente, no en zonas de peligro sino de buena recaudación, o los foto-rojo o comoquiera que se llamen los aparatitos. En lo referente al trato de algunos trabajadores de estas oficinas, quiero relatar mi propia experiencia, que posiblemente sea la de otros muchos lectores o no tantos, porque ya somos pocos los que actuamos de buena fe y creemos que las Fuerzas del Orden están para ayudar al ciudadano y no para exprimirlo hasta secarlo, con la consabida recaudación municipal, que al fin y al cabo es el único objetivo de la mayor parte de todo este tinglado. Llegué a León de mis vacaciones en agosto y pasé reiteradamente por la calle Doctor Fleming, pues vivo en una bocacalle de la misma, sin saber de la existencia de un radar que persistentemente, algunos días hasta cuatro veces, me pilló a más velocidad de la permitida, entre 60 y 80 Km/h. Se trata de la conocida como la Carretera Zamora, regulada por cinco semáforos y rotondas en sus extremos, por lo que la gravedad es nula a esa velocidad. Ante la avalancha de multas, todas en el mismo punto, a finales de octubre y noviembre, recurrí a la Policía Local sita en la plaza de San Marcelo y allí, después de ir muchas mañanas en busca de respuesta, la misma señorita que me atendió el primer día me tranquilizó bastante al decirme en varias ocasiones que tendría que pagar una cantidad (al final fueron 1.300 €) pero que no se me restarían puntos a los que tenía en un principio. Insistí varias veces en el tema de los puntos y en los plazos, pero la misma señorita, reiteradamente, me dijo que estuviera tranquila por los puntos y los plazos. El 19 de enero parecía que había quedado zanjado el problema. Así, con total tranquilidad por ese asunto transcurrieron tres meses; el 10 de abril recibí una carta de la DGT comunicándome la retirada del carnet porque me había quedado con 0 puntos. Inmediatamente recurrí de nuevo a la señora de la Policía Local, que me dijo que hablaría con un compañero de Tráfico para ver si se podía hacer algo. Tardó en responderme, negativamente, los diez días de plazo para alegaciones, y cuando le pregunté por qué me había engañado de esa manera negó rotundamente haber dicho lo que dijo e incluso hacer lo que hizo, llegando hasta la amenaza económica de incrementar la cantidad pagada. Pedí inmediatamente una cita con su Jefe, casualmente concejal del PP y Jefe de Urbanismo y Movilidad y después de esperar otros diez días decidí enviarle un email, al que contestó inmediatamente, aunque yo estaba trabajando… todavía no he tenido la conversación con el citado Jefe... ¿Qué creen que me responderá si me responde? No soy una conductora temeraria; llevo conduciendo casi treinta años y en ese transcurso de tiempo Tráfico me ha puesto una multa (50€ de sanción) hace cuatro años; sin embargo por pasar por mi barrio para ir a trabajar todos los días (soy profesora en un instituto céntrico), he pagado 1500 y eso, que me ha hecho un favor, la señorita de la Policía Local, sin contar que voy a estar sin conducir seis meses y después, pagar otra cantidad de euros, unos 500, por recuperar de nuevo el carnet de conducir. ¿Es justo? ¿Qué prima en nuestra sociedad, en nuestra ciudad, el sentido común o el disparate, por no decir otras cosas peores?