No volveré a Hungria

En julio del año 1990 emprendí un viaje en coche junto a mi familia para conocer cuatro ciudades europeas que llamaban mucho nuestra atención, Praga, Viena, Budapest y Venecia: íbamos por nuestra cuenta, de camping, para estar en cada ciudad en tiempo que nos pareciera oportuno. No voy a contar las anécdotas y lo divertido del recorrido, la de kilómetros que hicimos y lo bien que nos lo pasamos, no, solo voy a contar la impresión que me causó pasar de Austria a Hungría. Viena y las ciudades en las que paramos en Austria nos parecieron poblaciones muy organizadas. Nada mas pasar la frontera nos encontramos con puestos ambulantes en la carretera vendiendo productos hortícolas, frutas,… y tuvimos la sensación de entrar en un país como el nuestro, más transgresor, y divertido. Budapest nos pareció una población viva, acababa de caer el muro de Berlín el año anterior y se notaba aquí mucha mayor vitalidad que la que encontramos en Praga. En ese momento me acordé del día en que oí en la radio la entrada de los tanques soviéticos en la ciudad para aplastar la Revolución Húngara, en el año 1956 y pensé que aquella población tan alegre no se había merecido aquella intervención militar. Sin embargo hoy al ver el gobierno que hay en Hungría y como se comporta con los refugiados de los países a los que hemos dejado vendidos a su suerte y a unas guerras de la que toda Europa es culpable tanto por acción como por omisión, me he replanteado mis ideas sobre Hungría y los húngaros. En mi pensamiento estaba volver en breve a aquel país para conocerlo un poco mejor, pero a raíz de estos acontecimientos, mis planteamientos histórico-políticos sobre alemanes, austriacos y húngaros están cambiando Ya se que la mayor parte de los ciudadanos de un país no son responsables de lo que hacen sus gobiernos, y castigar a toda la población por ello no es justo, pero yo aporto mis escasos euros a los países en los que me encuentro cómodo y con los que puedo sentirme identificado. Por ello solo volveré a Hungría el día que tenga un Gobierno digno de ser considerado como tal, y no como el actual, xenófobo y antihumanitario.