Ella disfrutó más que yo

¿Sabéis lo difícil que es ser mujer en pleno siglo XXI? A mis casi 23 años he sufrido demasiadas agresiones, por el hecho de ser una mujer. Me han tocado sin mi consentimiento, agredido verbalmente e incluso he tenido que salir corriendo por miedo a que sucediese algo peor. Sucede tan a menudo que ni tan siquiera nos damos cuenta de lo que realmente es. Apartamos a los chicos, ponemos excusas e incluso en algunos casos intentamos no vestirnos con según que para evitar estar en situaciones comprometidas. Desde pequeñas se nos enseña a tener miedo. Llamamos a alguna amiga por si sucede alguna cosa, aceleramos el paso si escuchamos que alguien viene detrás y vamos con las llaves en la mano por si alguien nos intenta forzar. Miedo. Seguiremos teniendo miedo. Seguiremos sufriendo agresiones que no serán denunciadas, porque las hemos normalizado, porque nadie nos haría caso, porque “Ella disfrutó más que yo”. ¿Cómo podemos vivir tranquilas si la justicia española considera que lo que sucedió en San Fermín es un abuso? ¿Tenemos que morir para que los agresores cumplan condena? ¿Tenemos que convertirnos en un número más para el estado para que se haga justicia? Esta semana nos han demostrado que la justicia está de parte del agresor. 9 años de condena por violar y arruinar la vida de una chica de 18 años. 9 años de los cuales no cumplirán ni la mitad y cuando salgan podrán volver a arruinar la vida de otra chica, porque ellos son los machos, ellos mandan, ellos son la manada. Hemos vuelto atrás en el tiempo y mientras la justicia nos dé la espalda seguirán habiendo más casos de violación, más muertes de mujeres inocentes y sobretodo habrá más miedo, porque sabemos que los agresores quedaran impunes de los cargos. ¿Cuántas mujeres más tienen que morir para conseguir una justicia real?